La polic¨ªa disuelve en Belgrado una protesta contra Milosevic
Impasible ante el gran desastre, Slobodan Milosevic se present¨® ayer a su pa¨ªs como el gran reconstructor. Derrotado por la OTAN y amenazado por una rebeli¨®n interna -ayer se celebraron manifestaciones de protesta en Belgrado-, el presidente yugoslavo quiere ahora encabezar el movimiento de reparaci¨®n, y para ello hizo una promesa: inaugurar¨¢ en 40 d¨ªas el puente de Beska, a 30 kil¨®metros de Novi Sad. Con esta campa?a, Milosevic trata de evitar su linchamiento pol¨ªtico.
Nadie estaba ayer en Belgrado en condiciones de asegurar de d¨®nde saldr¨ªan los fondos para tan simb¨®lica y costosa empresa. Pero se especulaba que el presidente echar¨¢ mano de sus fondos privados con el objetivo de demostrar a su pueblo que cumple y que ¨¦l, el presidente canoso, es el primer reconstructor para el futuro. El puente, destruido en la primera fase de la campa?a de 78 d¨ªas de bombardeos a¨¦reos de la OTAN, no tiene nombre. No hay que ser adivino para anticipar que si Milosevic lo reconstruye llevar¨¢ el suyo. Pero 40 d¨ªas son muchos, especialmente en las inciertas circunstancias que ofrece la Yugoslavia de la posguerra. Nadie sabe si Milosevic durar¨¢ tanto.
Los que creen que no ya se han puesto en movimiento: decenas de manifestantes se congregaron ayer ante el edificio del Parlamento de Yugoslavia. Su intenci¨®n era expresar la voluntad de cambio tras la humillante derrota que ha herido el alma serbia. Debido a que el estado de guerra no ha sido levantado, la concurrencia fue escasa y la polic¨ªa se encarg¨® de desbandarlos y de detener al l¨ªder de esa protesta, Svetozar Fisic. El r¨¦gimen trata de ocultar la presencia de millares refugiados serbios en Belgrado.
La polic¨ªa oblig¨® a los manifestantes a dispersarse cuando un grupo de serbios de Kosovo comenz¨® a desfilar por las calles demandando elecciones anticipadas y un cambio democr¨¢tico.
"El Gobierno nos ha manipulado; nos ha dejado abandonados. ?l fue el que nos oblig¨® a salir de Kosovo. Aqu¨ª no tenemos ni techo ni protecci¨®n ni ayuda; nos van empujando de un lado para otro. Da asco y rabia", dijo un hombre de Prizren.
El futuro del Gobierno de Milosevic es cada vez m¨¢s complicado. Todo el mundo en Belgrado anuncia manifestaciones venideras. Las peticiones para que se levante el estado de guerra con el fin de permitir esas marchas callejeras son cada vez m¨¢s intensas.
Bajo el paraguas de la oposici¨®n, la Alianza para el Cambio, florecen los pol¨ªticos -veteranos y nuevos-, unidos por el deseo de forzar elecciones anticipadas. El dirigente opositor del Partido Dem¨®crata de Serbia y ex alcalde de Belgrado, Zoran Djindic, augur¨® a Milosevic que le quedan seis meses.
No hay una sola persona en Yugoslavia que no se d¨¦ cuenta de que la reconstrucci¨®n de pa¨ªs, la llegada de fondos de organizaciones internacionales, no van a ser posible mientras Milosevic permanezca en el poder. Resignados, los yugoslavos ven las estad¨ªsticas de pobreza con alarma: ya hay medio mill¨®n de parados.
Este fin de semana puede ofrecer una dimensi¨®n exacta del descontento. Las manifestaciones previstas en el centro de Serbia se convertir¨¢n en un bar¨®metro de la frustraci¨®n popular ante lo que, a todas luces, ha sido un capricho costoso, un acto de irresponsabilidad y un delito hist¨®rico: la p¨¦rdida de Kosovo.
Los pol¨ªticos de Yugoslavia, fraccionados por intereses personales y ambiciones diversas, no han conseguido a¨²n formar una plataforma com¨²n para darle cauce a esta desilusi¨®n popular con el r¨¦gimen. Muchos se hallan en el exilio; otros se han quedado en Belgrado, pero no logran formular un discurso pol¨ªtico que le d¨¦ solidez a una verdadera alternativa. Todo, por ahora, permanece en el terreno de los proyectos
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