Una bomba mat¨® a los soldados de la Kfor

Militares de la OTAN estiman que el 10% de las bombas de fragmentaci¨®n arrojadas sobre Yugoslavia en los 78 d¨ªas de bombardeo aliado no explotaron pero a¨²n pueden hacerlo. Desactivar estas bombas de racimo, junto a las minas y las bombas trampa dejadas por los serbios, es una de las principales y m¨¢s peligrosas tareas que afronta la Kfor. Los dos soldados brit¨¢nicos fallecidos el lunes en Orlate, localidad a 30 kil¨®metros al oeste de Pristina, murieron mientras intentaban explosionar restos de bombas de racimo aliadas que los residentes hab¨ªan amontonado cerca de la escuela del pueblo. Los lugare?os les pidieron que no las detonaran all¨ª mismo, pues volar¨ªa tambi¨¦n la escuela, pero en el traslado dos de ellas explosionaron accidentalmente. Fallecieron un teniente de 25 a?os, soltero, y un sargento de 35, casado y con dos hijos. Murieron tambi¨¦n dos voluntarios del ELK que ayudaban a los soldados.

El mayor Michael Briest, de Berl¨ªn, asegur¨® ayer a los periodistas en Prizren que su trabajo no se limita a desminar los campos que figuran en los mapas que el Ej¨¦rcito serbio entreg¨® a la fuerza internacional, buscan tambi¨¦n bombas trampa en las casas abandonadas.