Punto final

Manuel Alcaraz me responde de nuevo con altura y respeto ejemplares. Ello me obliga a una ¨²ltima aclaraci¨®n. Destaca en su r¨¦plica, como algo sustancial, mi opini¨®n de que los ataques a la restauraci¨®n del cuadro de El Greco sirven para dirimir contiendas ajenas, y supone a continuaci¨®n, equivocadamente, que las contiendas a las que me refiero s¨®lo pueden ser pol¨ªticas. Y no es as¨ª, porque los infundios que originan esta pol¨¦mica surgen del propio Museo del Prado, donde, desde hace tiempo, existen graves problemas de convivencia profesional y personal, con prop¨®sitos ajenos a la cuesti¨®n de El caballero de la mano en el pecho.

Cuando quede clara para todos la correcci¨®n de la restauracion realizada (no defiendo el procedimiento institucional, sino el resultado de la labor individual del restaurador), esta certeza carecer¨¢ del eco p¨²blico que han tenido las dudas, tan infundadamente sembradas, y s¨®lo quedar¨¢ el da?o causado a su autor. Por eso me alegra, para terminar, que Manuel Alcaraz escriba que no es su intenci¨®n poner en duda "el recto proceder profesional del restaurador". Como en este fundamental reconocimiento del buen hacer de Rafael Alonso coincidimos plenamente, pongo

aqu¨ª mi punto final al amable debate que hemos mantenido.- .