Fusiones

JOSEP TORRENT La inevitable fusi¨®n de Bancaixa y CAM no es un asunto menor que pueda despacharse con cuatro chascarrillos, dos brindis al sol medi¨¢tico para intentar captar electores, ni una acendrada defensa de localismos con argumentos del estilo mos ho volen furtar tot. Por eso nunca fue de recibo el cantonalismo alicantino a ultranza defendido por Eduardo Zaplana cuando era jefe de la oposici¨®n, ni ahora los despistes electoralistas de Antoni Asunci¨®n o los vaivenes de Aurelio Mart¨ªnez, partidario de la fusi¨®n en su ¨¦poca de consejero de Econom¨ªa y hoga?o feroz cr¨ªtico de la misma. Por contra, Mart¨ªn Sevilla, miembro que fuera de los gobiernos de Joan Lerma y en la actualidad consejero de la CAM, se ha mostrado mucho m¨¢s h¨¢bil y coherente. Nunca ha llegado a oponerse frontalmente a la fusi¨®n, pero ha subrayado hasta la saciedad las dificultades, riesgos e inconvenientes de esta operaci¨®n. Todo esto ya es historia, aunque valga para recordar que, m¨¢s all¨¢ de los dislates partidistas, PP y PSPV est¨¢n de acuerdo en la uni¨®n de las dos grandes instituciones financieras valencianas. El resultado de las elecciones auton¨®micas ha otorgado a los populares una clara mayor¨ªa absoluta en las Cortes Valencianas que, en teor¨ªa, deber¨ªa servir para facilitar esa fusi¨®n. Cabalgando sobre esta ola, el presidente de Bancaixa, Julio de Miguel, se pronunci¨® a favor del acuerdo en la ¨²ltima asamblea de la entidad. Mensaje que qued¨® ensombrecido por el pulso lanzado por el PP para otorgar voto a Jos¨¦ Luis Gimeno y Carlos Fabra en la Fundaci¨® Caixa Castell¨®. Demasiada p¨®lvora para tan magro objetivo. Especialmente porque revela hasta qu¨¦ punto la prepotencia puede arruinar una operaci¨®n que debe guiarse por el consenso, la prudencia y la responsabilidad. Broncas como la ocurrida en la ¨²ltima asamblea de Bancaixa no ayudan al necesario y exigible di¨¢logo entre populares y socialistas. Tal vez por eso dos tapados como Antonio Birlanga y Antonio Gil Terr¨®n, con excelentes relaciones personales, puedan contribuir a desbrozar el camino de la fusi¨®n, aunque sea a costa del gurka ciprianista Josep Almenar.