Salom¨¦ Ortega recrea en un libro el misterio de lo cotidiano
Salom¨¦ Ortega (Granada, 1962) ha perseguido en el libro La sabia insinuaci¨®n de las cosas (Huerga-Fierro), que acaba de publicar, "convertir cada palabra en mil im¨¢genes", seg¨²n ha explicado la escritora, para quien este libro de relatos supone su tercera obra. Para componer estas siete narraciones Salom¨¦ Ortega se ha inspirado en los sucesos m¨¢s cotidianos, seg¨²n explic¨®. "En El desayuno trato ¨²nicamente de relatar hechos tan simples como echar la mermelada. Con ello trato de hacer hablar a las cosas m¨¢s sencillas, que a veces pasan desapercibidas", a?adi¨® la escritora. Cualquier verano de mi ni?ez trata de las vacaciones de la autora en su Granada natal, de donde parti¨® hacia Madrid con seis a?os de edad.
Los siguientes relatos no tienen nada que ver con su vida. Marguerite es la historia de amor donde el hombre muere. Los recuerdos y la desesperaci¨®n de la mujer son el hilo de la narraci¨®n. Emily trata del dolor de la guerra y Bianca es el relato de un ba?o cotidiano. Los transhumantes hind¨²es y El continente helado son el resto de los t¨ªtulos de los relatos que re¨²ne La sabia insinuaci¨®n de las cosas. "Trato de expresar c¨®mo se pueden reinventar las cosas y darles m¨¢s importancia de la que le damos. Intento despertar los sentidos y volver a nombrar las cosas de siempre, es el misterio de la realidad contada a trav¨¦s de nosotros", manifest¨® Ortega.
Seg¨²n se?ala el escritor Luis Landero, La sabia insinuaci¨®n de las cosas "impone al lector una sensaci¨®n muy pr¨®xima, casi hiriente. Y sobre su estilo, Landero a?ade que m¨¢s que prosa po¨¦tica convencional se trata de una narraci¨®n po¨¦tica, o de poes¨ªa narrada. "Ortega nos cuenta siempre algo, y bajo el relato hay como un hilo l¨ªrico que pone en tensi¨®n la prosa y le da un sentido m¨¢s all¨¢ de la peripecia". Landero a?ade que la autora posee un rico l¨¦xico que lo utiliza sin ostentaci¨®n y, en ocasiones, percibe en la escritura de Salom¨¦ Ortega ecos de Juan Ram¨®n, Azor¨ªn y Emily Dickinson.
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