"Mi objetivo es que los espa?oles nos quieran m¨¢s"
Edward Romero, de 65 a?os, empresario y primer embajador de Estados Unidos en Espa?a de origen hispano, tiene una idea clara: las empresas compartidas unen m¨¢s que cualquier otra cosa. "Si mejoramos la presencia de las empresas en los mercados respectivos, si hacemos negocios juntos, lo dem¨¢s ir¨¢ todav¨ªa mejor". Para este destacado miembro del Partido Dem¨®crata en el Estado de Nuevo M¨¦xico, "lo dem¨¢s" son unas relaciones diplom¨¢ticas excelentes, mejores incluso de lo que le hab¨ªan dicho cuando lleg¨® a Madrid, hace ahora un a?o. Confiesa, con la aproximaci¨®n indirecta que se atribuye a los buenos estrategas, que su objetivo como embajador es que los espa?oles quieran m¨¢sa Estados Unidos. El Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar ha estrechado m¨¢s a¨²n, si cabe, las relaciones entre Madrid y Washington, que ya eran excelentes en el plano pol¨ªtico, militar y econ¨®mico, con el de Felipe Gonz¨¢lez. La diplomacia espa?ola se alinea con Washington en todos los frentes del escenario internacional, si se excluyen sus cr¨ªticas a la leyes norteamericanas de alcance extraterritorial, como la Helms-Burton, cuya aplicaci¨®n puede afectar a los intereses espa?oles en Cuba.
"Las relaciones con Espa?a son mejores de lo que cre¨ªa", afirma Romero al hacer balance de su primer a?o en Espa?a. "Sab¨ªa que eran buenas, pero no tanto. Y la base de estas relaciones est¨¢ en la democracia, en el arraigo del sistema democr¨¢tico, que nos da a los norteamericanos y los espa?oles una base com¨²n de entendimiento", afirma.
Empresario de ¨¦xito y contribuyente del Partido Dem¨®crata, fundador de la C¨¢mara de Comercio Hispana de Albuquerque (Nuevo M¨¦xico), Romero ha formado parte de la comisi¨®n hispana asesora del presidente Bill Clinton, de tal forma que su fortuna personal y pol¨ªtica han ido de la mano. Y su nombraniento como embajador en Espa?a reflej¨® el creciente peso pol¨ªtico y econ¨®mico de la comunidad hispana en Estados Unidos.
Romero reconoce que no es un diplom¨¢tico de carrera -"soy un embajador por dedazo", afirma en un espa?ol con influencias mexicanas-, pero no ve en ello un obst¨¢culo insalvable.
"Tengo una filosof¨ªa muy simple. Soy empresario, un hombre del mundo de los negocios, con una experiencia que me puede ayudar como embajador. Si hacemos negocios, si podemos ayudarnos en ambos mercados, si favorecemos un mejor entendimiento, el resto ser¨¢ mucho m¨¢s f¨¢cil", subraya.
Para el embajador, el nacimiento del euro y el desarrollo de la Uni¨®n Europea son elementos positivos. "Le recuerdo que los norteamericanos siempre hemos apoyado la econom¨ªa europea. Una econom¨ªa solvente en Europa nos ayuda a tener una econom¨ªa fuerte en Estados Unidos. Por eso es un elemento positivo".
El Consejo Espa?a-Estados Unidos, un foro constituido en 1996 por el vicepresidente norteamericano, Al Gore, y Aznar, es el mejor ejemplo de esta combinaci¨®n de negocios e intercambios culturales, los dos carriles sobre los que se quiere impulsar las relaciones entre los dos pa¨ªses. Su pr¨®xima reuni¨®n, la quinta del foro, al que acuden empresarios, pol¨ªticos y personalidades de la cultura de ambos pa¨ªses, se desarrollar¨¢ este a?o en Santa Fe, en Nuevo M¨¦xico, el Estado del embajador.
Tal vez esa cita ayude a despejar, en la parte espa?ola, uno de los estereotipos equivocados que, en opini¨®n de Romero, existen en Espa?a sobre el papel residual de los hispanos en la sociedad norteamericana.
"La cultura hispana en Estados Unidos es fuerte", afirma el embajador, que recuerda que Gore, cuando recientemente anunci¨® su candidatura a la Presidencia, tambi¨¦n habl¨® en castellano.
"Se sabe ya que en la pr¨®xima d¨¦cada va a haber en Estados Unidos m¨¢s hispanoparlantes que en Espa?a. La fuerza del espa?ol es algo que ya se reconoce en todo el mundo. Por ello, desde la embajada, estamos apoyando el intercambio cultural y educativo. Como ejemplo, le dir¨¦ que en estos d¨ªas hay una importante delegaci¨®n de profesores norteamericanos en la Universidad de Salamanca".
En opini¨®n de Romero, Espa?a, desde el punto de vista cultural, va a ser uno de los centros m¨¢s importantes en los pr¨®ximos decenios: "Si pensamos en lo que Espa?a ha conseguido en los ¨²ltimos veinte a?os, podemos imaginar lo que puede conseguir en los pr¨®ximos veinte".
En su a?o de experiencia como embajador en Espa?a, Romero ha descubierto, con cierta preocupaci¨®n, una "complejidad administrativa", agudizada por algunas comunidades aut¨®nomas, que disuade a empresas medias de Estados Unidos de invertir en Espa?a. "Las compa?¨ªas grandes tienen m¨¢s paciencia y dinero, pero hay compa?¨ªas de tama?o medio que desisten", advierte.
Curiosamente, para este pol¨ªtico y empresario, su objetivo como embajador es m¨¢s bien intangible. "Sinceramente, y no se c¨®mo va a sonar esto, lo que yo quiero es que los espa?oles nos quieran [a los norteamericanos] m¨¢s que al resto del mundo. Ning¨²n espa?ol me ha dicho hasta ahora que a los norteamericanos no les quieren. Y si esa idea surge en alg¨²n sondeo creo que es una impresi¨®n falsa", concluye.
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