"El pueblo serbio tambi¨¦n es una v¨ªctima del r¨¦gimen"
De regreso de Kosovo, y mientras prepara el viaje a la primera cumbre entre Latinoam¨¦rica y la Uni¨®n Europea en R¨ªo de Janeiro, el ministro de Exteriores franc¨¦s, Hubert V¨¦drine, de 61 a?os, declara que los aliados no van a negociar con el r¨¦gimen de Belgrado, pero s¨ª van a apoyar a las fuerzas de la oposici¨®n que representen el cambio. Antiguo portavoz de la presidencia de Fran?ois Mitterrand, el jefe de la diplomacia francesa quita hierro a la pol¨¦mica habida con Espa?a respecto a la fecha de apertura de las negociaciones para los acuerdos de libre cambio con Mercosur y Chile. "Hay que desdramatizar las discusiones, hemos sido objeto de una campa?a abusiva", dice, al tiempo que subraya la importancia pol¨ªtica de la cumbre de R¨ªo. Pregunta. Usted acaba de regresar de Kosovo en un momento en el que proliferan las venganzas. ?No es urgente la creaci¨®n de tribunales de justicia?
Respuesta. En Kosovo todo es urgente. La Kfor tiene que restablecer la seguridad y facilitar el regreso de los refugiados, mientras la Administraci¨®n civil internacional trata de poner en pie una administraci¨®n local, con una polic¨ªa y una justicia democr¨¢ticas, que debe funcionar en un marco de legalidad. Hay que evaluar los da?os y preparar la reconstrucci¨®n. Ayer estuve con Sergio Vieira de Mello [jefe de la Administraci¨®n interina en Kosovo], y comprob¨¦ que est¨¢ haciendo un trabajo notable. Van a estudiar la situaci¨®n, ciudad por ciudad, pueblo por pueblo, barrio por barrio y ver qu¨¦ es lo que se puede volver a poner en marcha, siempre bajo el criterio de que hay que posibilitar la coexistencia de unos y otros y buscar soluciones a todo lo que ha pasado durante la guerra.
P. ?Cu¨¢ntos albanokosovares han sido trasladados a prisiones serbias?
R. No lo s¨¦. No disponemos de cifras fiables, pero es un problema grave.
P. ?Habr¨ªa defendido los bombardeos si hubiera sabido que eso aceleraba la expulsi¨®n de un mill¨®n de personas?
R. La cuesti¨®n es: ?hab¨ªa otra estrategia? Yo defend¨ª la b¨²squeda de una soluci¨®n pol¨ªtica durante un a?o entero hasta que, al igual que el resto de los representantes de los 18 pa¨ªses de la Alianza Atl¨¢ntica y los Gobiernos vecinos de la antigua Yugoslavia, llegu¨¦ a la conclusi¨®n, a finales de marzo, de que lo hab¨ªamos intentado. Decidimos, juntos, que no pod¨ªamos permanecer pasivos, mientras la situaci¨®n continuaba degrad¨¢ndose, que hab¨ªa que doblegar a Milosevic. Todos decidimos que hab¨ªa que forzar a Milosevic. Sostengo desde entonces que la estrategia seguida, criticada precipitadamente, fue la mejor de las posibles.
P. De todas formas...
R. Creo que aunque hubi¨¦ramos sabido lo que iba a pasar con los ataques a¨¦reos tampoco habr¨ªamos renunciado a intervenir. Las expulsiones masivas se han sumado a las exacciones tr¨¢gicas. La historia terrible de Kosovo no empieza con los bombardeos, sino 10 a?os antes, cuando Milosevic anul¨® la autonom¨ªa.
P. Pero ustedes cre¨ªan que la amenaza o unos primeros ataques bastar¨ªan...
R. No es exacto. Nosotros dese¨¢bamos que la amenaza bastara, despu¨¦s de haber esperado que Milosevic aceptara los acuerdos de Rambouillet. Cuando tuvimos que iniciar los ataques, todos nosotros, incluido el secretario general de la OTAN, Javier Solana, esper¨¢bamos que aquello no durara demasiado. Pero le aseguro tambi¨¦n que est¨¢bamos decididos a continuar todo el tiempo que fuera necesario.
P. ?Cree que Milosevic ser¨¢ juzgado?
R. Depende de la perseverancia del tribunal penal con el que nosotros vamos a cooperar, pero, sobre todo, depende del pueblo serbio, de la manera en que va a extraer las lecciones de su tr¨¢gica historia reciente. Yo no comparto la idea norteamericana de ofrecer cinco millones de d¨®lares para quien capture a Milosevic. ?sa no es la v¨ªa que permitir¨¢ restaurar la democracia en Serbia. Nosotros tampoco tenemos nada que negociar con Belgrado, ,y si se fija usted, no lo hemos hecho en la ¨²ltima semana. Lo que s¨ª vamos a hacer es sostener a las fuerzas de la oposici¨®n que representen el cambio, porque partimos de la idea de que el pueblo serbio es tambi¨¦n una v¨ªctima del r¨¦gimen y que, como el resto de los pueblos, tambi¨¦n ¨¦l tiene intereses leg¨ªtimos. Lo que le vamos a decir es que esos intereses no pueden ser defendidos por procedimientos intolerables. Nuestro mensaje va a ser el siguiente: "Abran los ojos, hagan un balance y vean ad¨®nde les ha llevado la pol¨ªtica de Milosevic".
P. ?Cu¨¢nto va a costar la reconstrucci¨®n de Kosovo?
R. Las cifras que circulan no son serias. Hay que esperar todav¨ªa unos d¨ªas m¨¢s hasta que la Administraci¨®n civil internacional haga una evaluaci¨®n.
P. ?Y qui¨¦n va a pagar el despliegue de las tropas rusas?
R. Veremos. Habr¨¢ que inspirarse en las soluciones que encontramos en Bosnia; naturalmente, hace falta que los rusos asuman una buena parte de sus gastos. De todas formas, hay que evitar que el asunto del dinero obstaculice la aplicaci¨®n de una soluci¨®n que es buena para todos.
P. Despu¨¦s de lo que ha pasado, ?tiene sentido tratar de aplicar en Kosovo la autonom¨ªa prevista en Rambouillet?
R. S¨ª, lo ¨²nico que ha cambiado respecto a los acuerdos de Rambouillet es que ya no habr¨¢ fuerzas militares ni policiales serbias. La independencia ha sido excluida por la comunidad internacional, en la medida en que traer¨ªa consigo la partici¨®n de Kosovo y desencadenar¨ªa, casi autom¨¢ticamente, un proceso que implicar¨ªa a Albania, una parte de Montenegro, una parte de Macedonia y quiz¨¢ tambi¨¦n a una parte de Grecia. Trabajamos sobre la base de una autonom¨ªa bajo control internacional.
P. ?Los pa¨ªses europeos deber¨ªan aumentar sus presupuestos militares?
R. Algunos europeos han descubierto bruscamente la supremac¨ªa a¨¦rea militar norteamericana. Es un descubrimiento tard¨ªo que va estimular el inter¨¦s, que los franceses mostramos desde hace tiempo, de construir la Europa de la Defensa. Debemos dotarnos de una capacidad pol¨ªtica muy grande, hacer converger los programas industriales y los respectivos presupuestos. Eso no significa necesariamente que tengamos que aumentar el gasto militar. En el plano pol¨ªtico, todos hemos salido reforzados, no s¨®lo los norteamericanos, sino tambi¨¦n los europeos y los rusos, el conjunto de la comunidad internacional que ha sido capaz de mantener durante un a?o una cohesi¨®n pol¨ªtica y diplom¨¢tica excepcionales. Los rusos se desmarcaron durante los bombardeos pero sin llegar a romper el contacto. Por eso han podido ser recuperados a trav¨¦s del Grupo de los Ocho y despu¨¦s en el Consejo de Seguridad.
P. ?El G-8 no es algo parecido a un Gobierno internacional en estos momentos?
R. Yo no dir¨ªa eso, porque, de hecho, toda la gesti¨®n pol¨ªtica y diplom¨¢tica del asunto de Kosovo se hizo en el Grupo de Contacto [Alemania, EE UU, Francia, Gran Breta?a, Italia, Rusia]. El G-8 ha sido utilizado despu¨¦s, porque los rusos no quer¨ªan el Grupo de Contacto. Eso no significa que se haya convertido en un directorio. La reuni¨®n decisiva que los ministros del G-8 mantuvimos en Colonia tuvo por objeto preparar el Consejo de Seguridad. As¨ª que es el Consejo el que ha consolidado su papel.
P. Cambiemos de asunto. Parece que Francia ha terminado por aceptar la propuesta espa?ola de iniciar las negociaciones sobre los productos tarifarios con Mercosur y Chile el 1 de julio del 2001. ?Por qu¨¦ tienen tantos problemas con la agricultura?
R. Hay que desdramatizar la discusi¨®n, que ha sido normal y leg¨ªtima, porque todos tenemos intereses leg¨ªtimos que defender. Hemos aceptado una propuesta espa?ola nueva. Lo que pasa es que antes de empezar a negociar es necesario armonizar los diferentes intereses y no se puede trabajar juntos si un pa¨ªs o un peque?o grupo de pa¨ªses quieren imponer su voluntad. Me parece que la campa?a contra Francia en este asunto ha sido abusiva. A nosotros nos parec¨ªa totalmente il¨®gico que se pretenda terminar las negociaciones con Mercosur antes de que finalicen las que van a llevarse a cabo en el marco de la Organizaci¨®n Mundial de Comercio, que son m¨¢s importantes, porque van a fijar durante muchos a?os el marco de relaciones del comercio internacional.
P. Inicialmente, ustedes propon¨ªan aplazar el inicio de las negociaciones al 2003.
R. El primer mandato de la Comisi¨®n no nos parec¨ªa bueno, ni tampoco la primera posici¨®n espa?ola ni las exigencias argentinas. A fuerza de discusi¨®n, y yo quiero elogiar aqu¨ª la actitud constructiva del ministro espa?ol Abel Matutes, el Consejo de Asuntos Generales del pasado 21 acept¨® que la negociaci¨®n se termine despu¨¦s del ciclo de la OMC. La fecha de apertura de las negociaciones es menos importante que la perspectiva. Vamos a comenzar por las negociaciones no tarifarias y a continuaci¨®n, en el 2001, abordaremos las cuestiones tarifarias. Lo importante es que hayamos encontrado una soluci¨®n.
P. ?El temor electoral no ha influido en nada?
R. Ni m¨¢s ni menos que en las otras democracias. Si hubiera sido un asunto capital, no habr¨ªamos llegado al compromiso.
P. ?Va a limitar la reconstrucci¨®n de Kosovo la cooperaci¨®n econ¨®mica con Am¨¦rica Latina?
R. Que se sepa, no hay que reconstruir Am¨¦rica Latina. Habr¨¢ inversiones a hacer y negociaciones comerciales que desarrollar, pero eso no tiene nada que ver con lo que hay que hacer en Kosovo. Pueden estar tranquilos.
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