Ni congreso, ni primarias

En la duda, lo que diga el reglamento. Y el reglamento de elecci¨®n de candidatos aprobado el a?o pasado por los socialistas dice que, en caso de renuncia del designado aspirante a la presidencia del Gobierno, ser¨¢ el Comit¨¦ Federal, a propuesta de la Comisi¨®n Ejecutiva, quien designar¨¢ al sustituto. As¨ª lo decidi¨® ayer el ¨®rgano m¨¢ximo de decisi¨®n del PSOE entre congresos. Al hacerlo, respald¨® la posici¨®n que hab¨ªa defendido el secretario general, Joaqu¨ªn Almunia, desde que se produjo la dimisi¨®n de Borrell. Esa decisi¨®n supone eliminar otras dos posibilidades invocadas en un primer momento por diversos sectores. Una, celebrar nuevas elecciones primarias. Habr¨ªa sido una decisi¨®n coherente con la importancia dada por la propia direcci¨®n socialista a las primarias como factor en s¨ª mismo atractivo para el electorado. Sin embargo, tras el desenlace del primer experimento y a escasos meses de las elecciones generales, se ha considerado una soluci¨®n arriesgada. Sobre todo cuando no hay aspirantes claros.

Otra posibilidad: celebrar un congreso extraordinario en el que se eligiera o confirmara un secretario general, pero ahora por elecci¨®n directa de todos los afiliados, y que fuera al mismo tiempo candidato. Al extender el sistema de elecci¨®n directa al secretario se eliminar¨ªa el conflicto potencial entre dos legitimidades: la de la elecci¨®n org¨¢nica, piramidal, propia de los congresos, y la de la elecci¨®n por todos los afiliados. Tampoco ha prosperado.

El PSOE se propone ahora que la designaci¨®n del candidato se haga en un plazo breve de tiempo, desechando tambi¨¦n la hip¨®tesis, en principio negativa para el propio partido, de dejar pasar el verano. Almunia iniciar¨¢ hoy mismo los contactos con los dirigentes regionales, seguir¨¢ con representantes de la ¨²nica tendencia formalmente organizada (Izquierda Socialista) y, seg¨²n dijo ¨¦l mismo, hablar¨¢ tambi¨¦n con todo aquel que pueda aportar propuestas propias, eufemismo de significaci¨®n imprecisa, pero destinado seguramente a tranquilizar al guerrismo. Lo har¨¢ "sin ideas preconcebidas" y con la perspectiva de que la direcci¨®n ejecutiva presente "una ¨²nica candidatura". En el Comit¨¦ Federal podr¨¢n presentarse otras, de acuerdo con procedimientos fijados en los estatutos. La cuesti¨®n es si la f¨®rmula elegida permitir¨¢ un consenso suficiente. Algunas voces de origen o raigambre guerrista parecen indicar que ese sector, sensibilidad o lo que sea, no renuncia a condicionar la decisi¨®n. Eso explicar¨ªa la referencia de Almunia a que la voluntad de consenso no implica otorgar a nadie derecho de veto, o la m¨¢s en¨¦rgica y algo zafia de Gonz¨¢lez en el mismo sentido.

Finalmente, la risa nerviosa del secretario general ante la pregunta de si en el Comit¨¦ Federal podr¨ªa designarse a un candidato que no se postule como tal, parece indicar que no est¨¢ descartada del todo la posibilidad de que el propio Almunia sea el designado.El secretario general se hab¨ªa autoexcluido con el argumento de que hab¨ªa perdido las primarias, lo que ser¨ªa utilizado por sus rivales pol¨ªticos. Pero es posible que, "sin ideas preconcebidas", signifique disposici¨®n a reconsiderar. Tal posibilidad ha ganado puntos tras el debate sobre el estado de la naci¨®n. Pero no deben ignorarse otras hip¨®tesis, como la de Jos¨¦ Bono: sus defensores alegan que las verdaderas primarias han sido las elecciones del 13-J, donde qued¨® claro qui¨¦n puede ganar y qui¨¦n no.