De bebedor a enfermo

La enfermedad alcoh¨®lica pasa por tres fases: una primera de simple adicci¨®n, una segunda de dependencia (en la que si no se bebe aparece el s¨ªndrome de abstinencia) y una tercera de intoxicaci¨®n cr¨®nica, en la que los s¨ªntomas m¨¢s precoces son el deterioro de la personalidad y de la inteligencia por la atrofia cerebral, ya que el cerebro es el primer ¨®rgano que da?a el alcohol. Le siguen las lesiones hep¨¢ticas y cardiacas, hipertensi¨®n arterial, hipogonadismo (responsable, junto con la afectaci¨®n cerebral, de las disfunciones sexuales), lesiones endocrinas y del sistema nervioso y c¨¢ncer. Cada a?o, 40.000 espa?oles mueren prematuramente por el alcohol.

Alonso-Fern¨¢ndez admite que se puede ser bebedor y no alcoh¨®lico, pero el umbral diferenciador es a veces muy d¨¦bil y alrededor de un 20% queda atrapado por la adicci¨®n: "Este tr¨¢nsito, que supone nada menos que la transformaci¨®n de una persona sana en enferma, se suele producir de una forma muy gradual, casi imperceptible para el mismo sujeto y para los dem¨¢s. Porque el alcoholismo, como el resto de las conductas adictivas, puede permanecer oculto durante a?os. Las variables que intervienen para cruzar ese umbral son m¨²ltiples, desde trastornos de la personalidad a una situaci¨®n vital de soledad".

En palabras de Alonso-Fern¨¢ndez, el alcoh¨®lico no nace, se hace, y no es culpable de nada, sino m¨¢s bien v¨ªctima de su adicci¨®n. "Es un enfermo que, si ¨¦l quiere, siempre tiene posibilidad de rehabilitaci¨®n, con psicoterapia, con el valioso apoyo de compa?eros ex alcoh¨®licos y con la ayuda de los f¨¢rmacos. Pero para no recaer, el alcoh¨®lico debe sacar totalmente de su vida ese poderoso enemigo que es el alcohol".