La Alianza reconoce que caus¨® pocos da?os al Ej¨¦rcito serbio
Los aviones de combate de la OTAN arrasaron en Djakovica una base a¨¦rea de los tiempos de la IIGuerra Mundial. En sus pistas, los restos de 18 veh¨ªculos militares, incluido un blindado de transporte de personal, se encontraban diseminados el pasado domingo. Un examen m¨¢s detallado mostraba, sin embargo, que la mayor¨ªa de los veh¨ªculos destruidos eran viejos armatostes, muchos de ellos sustentados sobre ladrillos, almacenados all¨ª por los serbios para ser reparados o destinados a chatarra. En realidad, la aviaci¨®n de la Alianza Atl¨¢ntica arras¨® un s¨®rdido cementerio de autom¨®viles, y no un estacionamiento de veh¨ªculos militares operativos en el frente. En Djakovica, como en el resto de Kosovo, son patentes los devastadores efectos de los 78 d¨ªas de campa?a de bombardeos aliada, como la destrucci¨®n de cuarteles o de dep¨®sitos de combustible. Pero lo que no parece tan evidente es el da?o causado a las Fuerzas Armadas yugoslavas, y en particular a sus carros de combate, veh¨ªculos blindados y bater¨ªas de artiller¨ªa.
Dos semanas despu¨¦s de la llegada a Kosovo de las fuerzas de la OTAN, los oficiales aliados han comenzado a rebajar sus estimaciones iniciales sobre los da?os causados al Ej¨¦rcito y a las fuerzas especiales de polic¨ªa de Yugoslavia, y consideran que sus efectivos siguen siendo capaces de sostener en el poder al presidente Slobodan Milosevic.
Aunque los mandos de la OTAN y el Pent¨¢gono mantienen que las fuerzas serbias quedaron seriamente da?adas, tambi¨¦n reconocen que las unidades yugoslavas que se han retirado de Kosovo no estaban tan diezmadas como ellos cre¨ªan. Y esas fuerzas, aseguran los responsables militares aliados, pueden ser usadas de nuevo por Milosevic para combatir las revueltas internas en Serbia o las amenazas separatistas de Montenegro.
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