"La Sala de Gobierno necesita reformas internas para acercarla a todos los jueces"
Francisco Picazo, 45 a?os y natural de Vitoria, ha conducido a la Asociaci¨®n Profesional de la Magistratura (APM, mayoritaria y conservadora) en Euskadi al mejor resultado de los posibles en las pasadas elecciones a la Sala de Gobierno del Tribunal Superior vasco: copar todos los puestos en liza. Claro que ha contado con la inestimable colaboraci¨®n de las dem¨¢s asociaciones judiciales, que abogaron por la abstenci¨®n y no presentaron candidatos. Cree que los jueces s¨®lo deben tener un papel en el "proceso esperazador" de pacificaci¨®n: "Ser imparciales y responder s¨®lo ante las leyes". Pregunta. En los comicios han logrado todos los representantes, pero la abstenci¨®n ha sido elavada. Respuesta. De los cerca de 190 jueces, hay muchos sustitutos y magistrados suplentes sin derecho a voto. El censo no superar¨¢ los 130 jueces, con lo que la abstenci¨®n ha sido similar a otros comicios: hace cinco a?os, el candidato que m¨¢s votos cosech¨® logr¨® tambi¨¦n 45 o 46. Hace diez a?os, arras¨® Segundo Men¨¦ndez. Gracias a su especial tir¨®n y prestigio, logr¨® 60 votos. P. ?Quiere decir que Jueces para la Democracia y Francisco de Vitoria, que propugnaban la abstenci¨®n, no la han capitalizado? P. No han podido rentabilizar nada. Yo no s¨¦ si, ante el temor fundado de que no iban a sacar los resultados deseados, recurrieron a ese subterfugio. P. Pero no parece la mejor manera de entrar arrasando en la Sala de Gobierno, con dos asociaciones cuestionando la legitimidad del resultado. R. Estas asociaciones judiciales que ahora cuestionan el sistema de elecci¨®n, antes, con el mismo sistema, participaban. Estamos asombrados por su planteamiento abstencionista. P. ?Ligar¨ªa usted, en el caso de Jueces para la Democracia, ese planteamiento a la escisi¨®n que sufri¨® hace a?o y medio? R. Hombre, yo no me atrever¨ªa a hacer una valoraci¨®n en ese sentido, pero, en fin, a buen entendedor... . P. En todo caso, no dir¨ªa que los resultados tienen un d¨¦ficit. R. En primer lugar, el sistema es el que es. Y, segundo, evidentemente pueden no estar representadas todas las sensibilidades. Pero nosotros lo hemos dejado muy claro en nuestro programa: queremos fomentar a toda costa los canales de comunicaci¨®n con todos los jueces, nos hayan votado o no; porque la Sala de Gobierno gobierna, pero tambi¨¦n representa a todos los integrantes del poder judicial. P. ?Y cu¨¢les son sus recetas para la Sala de Gobierno? R. Hemos recuperado la idea de crear una portavoc¨ªa. P. Es de agradecer, porque situaciones como la de su presidente ordenando a la Ertzaintza que busque micr¨®fonos en la sala de reuniones para acabar con las filtraciones parece de gui¨®n de los hermanos Marx. R. Ja, ja, ja. Hombre, aquello fue casi surrealista. Tambi¨¦n queremos que la sede de la Sala de Gobierno sea rotativa para acercarla a los jueces de los tres territorios. En definitiva, crear puentes con todos nuestros representados. P. Parece que la asociaci¨®n judicial conservadora quiere imprimir aires nuevos. ?Creen que hay que dar un golpe de tim¨®n? R. Hombre, lo de APM, asociaci¨®n conservadora, es una etiqueta. Qu¨¦ duda cabe de que la Sala de Gobierno necesita reformas internas para acercarla a todos los jueces. P. Parece claro que hay que hacer atractivo el destino de Euskadi a los nuevos jueces. Las ¨²ltimas 16 plazas s¨®lo han atra¨ªdo a un juez. R. Tanto el Pa¨ªs Vasco como Catalu?a se caracterizan por una carencia de secretarios judiciales y de jueces. Las razones son variopintas. Yo, en mis 15 a?os de experiencia recorriendo todo tipo de juzgados [actualmente ejerce en la Secci¨®n Primera de la Audiencia de Vitoria], he llegado a la conclusi¨®n de que es un problema de falta de cantera. En los a?os 80, el Consejo, al que ven¨ªa aqu¨ª no le obligaba a permanecer un tiempo determinado. Resultado: hab¨ªa jueces que se las ingeniaban para no hacer ni una sentencia y, al siguiente concurso, se esfumaban. Ahora hay un tiempo m¨ªnimo, pero... P. ?No es posible impulsar pol¨ªticas para crear esa cantera? R. Hay medidas de correcci¨®n que me parecen loables: el esfuerzo del Gobierno vasco para primar a los becarios a judicatura, fiscales y secretarios, algo sin parang¨®n en el resto de comunidades. Por no citar los medios materiales que tenemos, sin duda mod¨¦licos. Pero, el fen¨®meno contin¨²a. P. Entre las posibles explicaciones no cita la violencia. R. Ha podido incidir en algunos casos, pero en Catalu?a, sin fen¨®menos de ese tipo, est¨¢n igual. Es algo m¨¢s complejo. Todo lo que sea incentivar las plazas es ir en buena direcci¨®n. P. ?Dir¨ªa entonces que los jueces pueden desarrollar aqu¨ª libremente su trabajo? R. Hay situaciones concretas que han afectado a determinados jueces. Pero no es generalizable. P. Pese a todo, la imagen que arrastran ante los ciudadanos es de preocupar. Tampoco ayuda ver c¨®mo el presidente del Tribunal Superior vasco reprende a toda una secci¨®n o casos como la juez de Marbella del caso Gil. R. Es bueno que estas cosas lleguen a la opini¨®n p¨²blica y ¨¦sta emita su opini¨®n. La justicia tiene muchas carencias, entre ellas su lentitud y la falta de proximidad con el ciudadano. Tambi¨¦n hemos tenido problemas con el Departamento de Interior, que parecen ya superados. No se puede funcionar desde la sospecha y el recelo. P. Para recelos el suscitado por la pretenci¨®n del CGPJ de que los abogados fiscalicen a los jueces con encuestas an¨®nimas. R. No hay perversidad en el sistema, como han querido hacer ver los que hablan de caza de brujas y tribunales de inquisici¨®n. Creo que la bondad del sistema, que adem¨¢s no es exclusivo, lo garantizar¨¢ la confidencialidad de la informaci¨®n suministrada an¨®nimamente.
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