Cambios
El tiempo va siempre en la misma direcci¨®n, pero la vida avanza a trompicones, siempre llena de novedades, transformaciones, idas y venidas, vueltas y revueltas. Algunos de esos cambios se integran en el transcurso del tiempo y te envuelven con naturalidad, modas como la comida sana, la ropa larga o corta, rosa o negra, giros del lenguaje...; te adaptas a ellos casi sin darte cuenta, como cada ma?ana a la vida despierta. Otros cambios son m¨¢s trabajosos, como los geogr¨¢ficos o los musicales, que exigen un esfuerzo para entrar y hacerte con ellos. La arquitectura y otras artes como la pintura, la escultura o la literatura nos llegan o no nos llegan, nos gustan o no, pero dejaron de sorprendernos como originalidad o extravagancia; de alguna manera hemos asumido su evoluci¨®n. Sin embargo, de cuando en cuando, ocurren cambios culturales o sociales que nos cogen desprevenidos y tenemos que pensarlo antes de decidir si nos dejan encantados, furiosos o perplejos. As¨ª ha ocurrido con la sentencia tan tra¨ªda y llevada de la Audiencia de Sevilla concedi¨¦ndole la tutela de una menor, hu¨¦rfana de madre, a la pareja de su padre, un travestido. Yo no me atrevo a opinar de un caso tan complicado y que s¨®lo conozco a trav¨¦s de los medios, pero pienso que entre los travestidos tambi¨¦n habr¨¢ qui¨¦n pueda cumplir las funciones de madre, y no tengo ning¨²n motivo para sospechar que en la decisi¨®n de la Audiencia hayan influido otros intereses que no sean los de la ni?a en cuesti¨®n. En todo caso, quienes suelen dar los mayores saltos culturales, como es l¨®gico, son los j¨®venes, y quienes m¨¢s nos sobresaltamos somos quienes no los seguimos de cerca. Lo comprob¨¦ hace pocos d¨ªas, cuando tuve la oportunidad de o¨ªr una conversaci¨®n entre jovencitas y me sorprendi¨® una de ellas diciendo que no ten¨ªa novios porque no se pensaba casar: lo que ella ten¨ªa eran patrocinadores -dijo esp¨®nsores, pero me he permitido la libertad de traducirlo- ?Te promocionan?, le pregunt¨® la m¨¢s bajita de todas entre incr¨¦dula y admirada. No era exactamente eso, los j¨®venes a los que se refer¨ªa eran bastante menos, eran "instrumentos para su promoci¨®n". A lo mejor pensaba en ser artista.BEGO?A MEDINA
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.