El Macba exhibe al Lissitzky que transform¨® la propaganda en arte
La exposici¨®n incluye fotograf¨ªas, pel¨ªculas, fotomontajes y grafismo
Hubo un tiempo en que los artistas pod¨ªan hacer un arte claramente propagand¨ªstico y revolucionario sin ser tachados de c¨ªnicos o de ingenuos. Vista con la distancia que da la historia, la exposici¨®n El Lissitzky. M¨¢s all¨¢ de la abstracci¨®n, que ayer se inaugur¨® en el Museo de Arte Contempor¨¢neo de Barcelona (Macba), resulta emocionante no s¨®lo por la maestr¨ªa formal de las obras, sino tambi¨¦n por reflejar la lejana sombra de una utop¨ªa.
Lazar Morduchovitsch Lisstizky, conocido como El Lissitzky, naci¨® en la regi¨®n rusa de Smolensk en 1890 y falleci¨® en Mosc¨² en 1941. Vivi¨®, pues, uno de los periodos m¨¢s intensos de la historia rusa contempor¨¢nea y particip¨® activamente desde su posici¨®n de arquitecto, pintor y dise?ador gr¨¢fico en la revoluci¨®n socialista, que en sus momentos iniciales ten¨ªa como ideario la transformaci¨®n de la sociedad y la creaci¨®n de un nuevo hombre, algo que los creadores de aquella ¨¦poca sol¨ªan considerar ligado a un cambio en la forma en la que se expresaba el arte. Al igual que sucede con otros muchos de sus contempor¨¢neos, lo que m¨¢s se ha estudiado de su trabajo es la pintura, especialmente los cuadros abstractos conocidos como proun (abreviaci¨®n rusa de "proyectos para la afirmaci¨®n de lo nuevo"), que ¨¦l defin¨ªa como "una estaci¨®n de enlace de la pintura con la arquitectura. Se trata de la articulaci¨®n del espacio mediante l¨ªneas, planos y vol¨²menes". La exposici¨®n del Macba, abierta hasta el 5 de septiembre, se inicia precisamente con una breve selecci¨®n de cuadros, dibujos y litograf¨ªas relacionadas con este concepto del proun. Tambi¨¦n se incluyen algunos bocetos preparatorios para la construcci¨®n de la exposici¨®n Gabinete de arte abstracto,que dise?¨® el artista para el Museo Provincial de Hannover, construido entre 1927 y 1928, y destruido por los nazis.
Experimentos fotogr¨¢ficos
Es una faceta que introduce al espectador en el conjunto de la exposici¨®n, ya que ¨¦sta se centra en los ¨²ltimos trabajos del artista relacionados con sus experimentos fotogr¨¢ficos y la aplicaci¨®n de sus teor¨ªas al montaje de exposiciones, el fotomontaje y el dise?o de revistas. En conjunto se presentan unas 300 obras, de las que una parte importante procede del Archivo Nacional Ruso de Arte y Literatura, y del archivo privado del hijo del artista, Jen Lissitzky, por lo que se han visto por primera vez en Occidente a ra¨ªz de esta exposici¨®n, que anteriormente se present¨® en el Sprengel Museum de Hannover y despu¨¦s podr¨¢ verse en la Funda?ao Serralves de Oporto. Tras esta primera introducci¨®n, la exposici¨®n contin¨²a con los trabajos realizados por El Lissitzky durante su estancia en Alemania y Suiza entre 1922 y 1925. Berl¨ªn era en aquel momento un hervidero de intelectuales y creadores de todas las tendencias y El Lissitzky entr¨® en contacto con artistas como Kurt Schwitters -colabor¨® en la revista dada¨ªsta Merz-, Lazlo Moholy-Nagy y Raoul Hausmann. De hecho, fue uno de los principales puentes entre la vanguardia rusa y la occidental.
De este periodo europeo -marcado, entre otras cosas, por el encuentro con la que ser¨ªa su esposa, la historiadora del arte alemana Sophie K¨¹ppers, y por la tuberculosis, que se le declar¨® entonces y marc¨® su trayectoria posterior- se exhiben principalmente trabajos de experimentaci¨®n formal, tanto en fotograf¨ªa como en grafismo, as¨ª como sus primeros contactos con la t¨¦cnica del fotograma. Tambi¨¦n destacan los dise?os publicitarios que realiz¨®, durante su convalecencia en un sanatorio suizo, para la empresa Pelikan. En ellos combin¨® el grafismo, la tipograf¨ªa y el fotograma. No todas las obras exhibidas est¨¢n realizadas por el propio Lissitzky, ya que en su archivo aparecen fotograf¨ªas de otros creadores, entre ellos Man Ray, que permiten situar sus influencias e intereses.
La siguiente sala se centra en su vuelta a Rusia, en 1925, cuando se desarrolla lo que la comisaria de la exposici¨®n, Margarita Tupitsyn, denomina "la segunda vanguardia rusa". En su opini¨®n, esta segunda oleada est¨¢ marcada por la p¨¦rdida de influencia de la pintura como motor de la revoluci¨®n art¨ªstica por considerarla demasiado alejada de los intereses del pueblo. "Los artistas empiezan a pensar que la preponderancia debe recaer en la fotograf¨ªa, el cine o el dise?o gr¨¢fico", dice la comisaria.
El Lissitzky participa de esta tendencia y abandona la pintura para dedicarse a los fotomontajes pol¨ªticos y a la experimentaci¨®n fotogr¨¢fica -invent¨®, por ejemplo, la t¨¦cnica del fotopis, t¨¦rmino traducible por fotoescritura o fotopintura, que consist¨ªa en utilizar la luz como un pincel con el que pintar directamente sobre el papel fotogr¨¢fico-. En esta ¨¦poca, El Lissitzky sigue trabajando en el dise?o de exposiciones y conoce al cineasta Dziga Vertov, del que se exhiben en la exposici¨®n dos de sus filmes m¨¢s importantes, El hombre de la c¨¢mara (1929) y Tres cantos a Lenin (1933-1934), adem¨¢s de fotograf¨ªas de las pel¨ªculas. Vertov le influy¨® directamente por su manera revolucionaria de utilizar el montaje cinematogr¨¢fico.
La exposici¨®n finaliza con un apartado dedicado al arte m¨¢s directamente propagand¨ªstico de El Lissitzky. Contratado por el Estado sovi¨¦tico, fue, por ejemplo, el responsable del dise?o de la revista La URSS en Construcci¨®n, que se traduc¨ªa a numerosos idiomas, incluido el castellano. Los fotomontajes incluidos en esta publicaci¨®n, para los que se val¨ªa de im¨¢genes de diferentes fot¨®grafos, son una prueba m¨¢s de su talento art¨ªstico. Su influencia en este campo fue enorme dentro y fuera de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, donde el r¨¦gimen estalinista lo adopt¨® como marca de su aparato propagand¨ªstico.
Babelia
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