Pulso entre las fuerzas de la Kfor y los guerrilleros del ELK por el control de los archivos p¨²blicos de Kosovo

Desde hace dos d¨ªas, numerosos comercios de Pec tienen pegado en la puerta un pasqu¨ªn en el que puede leerse en alban¨¦s: "Propiedad del Estado". Pero ?de qu¨¦ Estado? Es obvio que no se trata del Estado yugoslavo, el ¨²nico reconocido internacionalmente, cuyas estructuras desaparecieron con la retirada del Ej¨¦rcito federal. Los pasquines est¨¢n firmados por "el prefecto". No figura su nombre, pero todo el mundo sabe que se trata de Hasan Meta, designado para el puesto por la guerrilla del ELK. Cuando hace unos d¨ªas se present¨® con sus credenciales ante los mandos de la brigada italo-espa?ola, fue despedido con buenas palabras: la OTAN no acepta m¨¢s autoridad civil en Kosovo que la designada por Naciones Unidas. Pero las autoridades civiles de la ONU no han llegado y no se sabe cu¨¢ndo vendr¨¢n. Y el ELK aprovecha este vac¨ªo de poder para intentar ganar posiciones. Ayer por la ma?ana, los soldados italianos tuvieron que salir precipitadamente de su cuartel general para sacar a un grupo de personas que se hab¨ªan colado en el edificio del registro municipal, situado justo enfrente. Entre los intrusos se encontraba el responsable local de la guerrilla, Ethan Ceku.

Tras los primeros forcejeos, la discusi¨®n se traslad¨® a un despacho, donde Ceku estuvo reunido durante varias horas con el segundo jefe de la brigada, el coronel espa?ol Vicente Diaz de Villegas. Finalmente se lleg¨® a un pacto salom¨®nico: los milicianos albanokosovares podr¨ªan entrar en el inmueble, pero no tocar los archivos, que quedaron bajo custodia de las tropas de la OTAN, para entregarlos en su d¨ªa al administrador internacional.

A pesar de las buenas palabras de sus comandantes, los incidentes con el ELK son cotidianos. Los mandos aliados los justifican alegando que la guerrilla no puede controlar a todos sus miembros. Seguramente es cierto: ni siquiera es capaz de ofrecer datos oficiales sobre cu¨¢ntos son. Aunque desde el pasado lunes est¨¢ prohibido vestir uniforme, en muchos pueblos son raros quienes no los llevan. Kfor hace la vista gorda. Tal vez no tengan otra cosa que ponerse.

Durante la madrugada de ayer, los guardias civiles detuvieron cerca de Rakos, donde est¨¢ uno de los destacamentos espa?oles, a siete guerrilleros que llevaban dos Kal¨¢shnikov, munici¨®n y aparatos de transmisiones ocultos en un tractor. La confidencia que les alert¨® sobre su presencia en la zona result¨® cierta. En cambio, los cinco civiles detenidos en Sinaje, a unos tres kil¨®metros de Istok, sede del batall¨®n de la Legi¨®n, tuvieron que ser puestos en libertad. No hab¨ªa pruebas de que fueran ellos quienes hab¨ªan prendido fuego a las casas incendiadas en los alrededores.