Turqu¨ªa intransigente
La intervenci¨®n militar de la OTAN en Yugoslavia ha enterrado cualquier perspectiva de una convivencia multi¨¦tnica, sin otra opci¨®n ya que ir aproximando la realidad pol¨ªtica a la nacional con el trazado de nuevos Estados apenas viables. Soluci¨®n que hab¨ªamos calificado como la peor de todas, pero que, en virtud de la pol¨ªtica practicada en este ¨²ltimo decenio, desde el reconocimiento de Eslovenia y Croacia a los bombardeos de Yugoslavia, ha terminado siendo la ¨²nica factible. No es peque?a la paradoja de que el futuro de la Uni¨®n -el flanco suroriental se ha revelado el nuevo tal¨®n de Aquiles- venga marcado por una regi¨®n que hasta hace poco estaba fuera de nuestro horizonte. El aspecto positivo de tama?o desastre es que ha hecho evidente la necesidad de poner en pr¨¢ctica una pol¨ªtica exterior y de seguridad comunes. Este desplazamiento del inter¨¦s comunitario a los Balcanes incide de manera sustancial en las relaciones entre Grecia, miembro de la Uni¨®n y de la OTAN, cuya opini¨®n p¨²blica ha estado claramente al lado de Serbia, y que con raz¨®n se siente perdedora, y Turqu¨ªa, miembro de la OTAN y aspirante a entrar en la UE desde 1963, que ha apoyado de manera incondicional a la guerrilla albanokosovar y que es la verdadera ganadora de la forma militar en que se ha dirimido el conflicto. Con la ampliaci¨®n de la OTAN a un espacio indefinido euroasi¨¢tico, Turqu¨ªa recupera en la Alianza atl¨¢ntica la posici¨®n central que hab¨ªa perdido con la desaparici¨®n de la URSS. En el flanco oriental, Turqu¨ªa es el verdadero aliado de EE UU, as¨ª como el Reino Unido lo es en el occidental. No es de buen tono, mientras persista la amistad entre la Uni¨®n y EE UU, otorgar demasiada importancia a estas "relaciones especiales". Lo que s¨ª produce alguna desaz¨®n es que EE UU haya ido creando en nuestro entorno una serie de factores de presi¨®n, entre los que el militar es el mayor, que hace dif¨ªcil que podamos cuestionar esta amistad. Y una amistad impuesta es algo muy distinto de la amistad entre iguales a la que aspira Europa.
Turqu¨ªa, al menos su clase dirigente, se considera un pa¨ªs plenamente europeo, orgulloso de tener, como primera avanzadilla, 2,5 millones de turcos en Alemania (no distingue entre turcos y kurdos, aunque la polic¨ªa alemana tiene que hacerlo), pero que sabe que su fuerza radica en ser a la vez un pa¨ªs balc¨¢nico, del Medio Oriente y de Asia Central, es decir, del ¨¢rea estrat¨¦gica en la que EU UU se juega la hegemon¨ªa mundial. Desde este emplazamiento est¨¢ convencida de que la UE no podr¨¢ seguir durante mucho tiempo d¨¢ndole con la puerta en las narices: por lo pronto, los bombardeos de Yugoslavia, al convertir a los albaneses en aliados, han aproximado Turqu¨ªa a la UE. Es decir, un pa¨ªs en el que el 40% de la poblaci¨®n vive en el campo, con una mentalidad y condiciones de vida premodernas, en la que se acumula no poco resentimiento contra la poblaci¨®n urbana de clase media, modernizadora y prooccidentalista. Un pa¨ªs en el que la democracia semeja a la caciquil y olig¨¢rquica que conocimos en el sigloXIX, en el que no se respetan los derechos humanos ni se reconocen los derechos de las minor¨ªas. Turqu¨ªa niega categ¨®ricamente la existencia de un problema kurdo; s¨®lo existir¨ªa uno de terrorismo, "como tambi¨¦n lo han conocido Irlanda de Norte y el Pa¨ªs Vasco". Desde un nacionalismo exacerbado, que encarnan las Fuerzas Armadas y que constituye la piedra angular que sustenta el Estado surgido de los escombros del Imperio Otomano, no hay la menor voluntad de dialogar con el nacionalismo kurdo. Se enfrentan en una guerra sin cuartel el nacionalismo turco y el kurdo, dos fen¨®menos complementarios que no conoci¨® el Imperio Otomano, que dio muestras claras de tolerancia y convivencia entre las m¨¢s distintas nacionalidades. La condena a muerte del l¨ªder de la resistencia armada kurda, Abdul¨¢ Ocalan, muestra claramente la intransigencia del grupo occidentalista dominante, sin otro punto de cohesi¨®n que un nacionalismo a ultranza, en una Turqu¨ªa que se siente fortalecida con la guerra de Kosovo y la nueva definici¨®n estrat¨¦gica de la OTAN. La reacci¨®n de la Europa comunitaria le importa menos, sabe que a mediano plazo su aliado norteamericano sabr¨¢ abrirle las puertas de la Uni¨®n.
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