La cuadratura del c¨ªrculo

Un concierto con dos partes claramente diferenciadas. Es lo habitual en esta etapa de la carrera de Jos¨¦ Merc¨¦. En la primera sale solo, a palo seco y por ton¨¢s. Es una declaraci¨®n de principios, como si dijera atenci¨®n, que yo sigo siendo ¨¦ste. Y lo es. Soleares, siguiriyas. Los cantes m¨¢s dif¨ªciles, los que definen a un cantaor. Jos¨¦ Merc¨¦ lo es, por supuesto, y de raza. Como ¨¦l suele decir, cante lo que cante, siempre sonar¨¢ flamenco. Lo demuestra en la segunda parte de este concierto, con los ¨¦xitos de ese disco que le ha catapultado irremediablemente a las estrellas, Del amanecer, que tiene m¨²sica de Vicente Amigo. M¨²sica f¨¢cil, pegadiza, de ritmos con frecuencia discotequeros. Efectivamente, Jos¨¦ Merc¨¦ suena tambi¨¦n ah¨ª flamenco, porque su voz est¨¢ cuajada de jondura y desgarro.

Lo que ocurre es que este flamenco tiene un p¨²blico, y el primero, otro. Es complicado llevar a los dos sectores a un punto de acuerdo. Jos¨¦ Merc¨¦ lo est¨¢ logrando parcialmente, pero hay todav¨ªa una zona insalvable de mutuo extra?amiento. Jos¨¦ Merc¨¦ est¨¢ logrando, de momento, un p¨²blico prioritariamente joven y entusiasta. Esto ya es importante, aunque veamos raro que en los temas m¨¢s movidos se comporte como un rockero al uso, dirigiendo a su grupo y animando las palmas y los coros del p¨²blico.

El d¨ªa en que esto nos parezca razonable, el encuentro entre esas dos formas de hacer flamenco se producir¨¢ con relativa normalidad, pero, hoy por hoy, nos parece casi tan imposible como la cuadratura del c¨ªrculo.