Territorio
MIQUEL ALBEROLA La prueba del algod¨®n sobre la consistencia ¨®sea del territorio valenciano se va a efectuar en breve, con motivo de la probable fusi¨®n entre Bancaixa y la CAM, cuyo objeto est¨¢ encaminado, a tenor de quienes lo postulan, a lograr una, grande y competitiva entidad financiera para todos los valencianos. Cuando este proceso que se fragua muy abajo aflore a la superficie, estaremos en condiciones de saber el grado de elasticidad alcanzado en estos ¨²ltimos a?os por las dos placas ps¨ªquicas que comprenden las ciudades de Alicante y Valencia, n¨²cleos irritados de considerable impacto provincial. El espectro del sureste, aquel ente patri¨®ticobancario de los sesenta que teorizara don Vicente Ramos con los dineros de la obra social de la primitiva Caja de Alicante y Murcia, palpita de nuevo en el interior de algunos sesos recalentados. Durante los a?os del socialismo los dirigentes locales del PP, entre los que se cont¨® el joven Eduardo Zaplana, agitaron un suced¨¢neo de ese cantonalismo para zapar al partido que estaba en el poder, hasta compactar un cierto victimismo (ya estaba en la atm¨®sfera, claro) de Alicante respecto a Valencia, rentable en la urna, aunque sin correspondencia en los presupuestos de la Generalitat. En esos d¨ªas s¨®lo hab¨ªa que subirse a un taxi en Alicante para constatar la temperatura del asunto: Valencia se lo zampaba todo a costa de Alicante. Esta sensaci¨®n s¨®lo se atenu¨® cuando los alicantinos del PP se instalaron en Valencia en cualquiera de los edificios de la Generalitat y dejaron de removerla, sin que los presupuestos anoten una redistribuci¨®n sustancial. Ahora que incluso les gustaba Valencia, la econom¨ªa vuelve a plantear el asunto y a concitar las resistencias m¨¢s r¨²sticas. La absorci¨®n por parte de una entidad financiera de Valencia a una de Alicante reabre de nuevo todos los malentendidos. La paradoja es que quienes estuvieron en un bando ahora est¨¢n en otro, y quiz¨¢ viceversa. Ahora Zaplana va a ser el adalid de la vertebraci¨®n territorial frente a quien consiga liderar a los socialistas alicantinos y, por encima, a determinados intereses empresariales resentidos. Este espect¨¢culo pide asiento.
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