Ma¨ªta Vende C¨¢ conquista la Isla
Ni en sus sue?os m¨¢s ambiciosos pod¨ªan imaginar los componentes del grupo Ma¨ªta Vende C¨¢ que acabar¨ªan siendo profetas en su tierra, elevados a la categor¨ªa de fen¨®meno de masas y acreedores del codiciado disco de oro que confirma el ¨¦xito en el mercado. El pasado viernes, el sue?o se cumpli¨® y la banda logr¨® reunir en el campo de deportes de La Baz¨¢n, en la localidad gaditana de San Fernando, a una multitud de seguidores convocados por la emisora Cadena Dial desde todos los rincones de la Bah¨ªa. Alrededor de 15.000 personas -seg¨²n datos de la organizaci¨®n- recibieron con una ovaci¨®n la salida a las tablas de los m¨²sicos isle?os, y no dejaron de jalear y corear sus estribillos desde los primeros compases de Noche en vela. Aunque recientemente editada, la segunda entrega de Ma¨ªta Vende C¨¢, No hay luz sin d¨ªa, lleva vendidas 60.000 copias con s¨®lo un sencillo en la calle, y sobre ella centraron el repertorio del concierto. Desde las Buler¨ªas del Luquitas o Reg¨¢lame tu samba a la canci¨®n que da t¨ªtulo al ¨¢lbum, el producto sonoro que ofrece Ma¨ªta Vende C¨¢ se explica como un c¨®ctel festero de pop, ritmos latinos, reggae, blues y hasta tango argentino, todo ello pasado por el tradicional filtro del flamenco. Flamenquitos Se?alados por el marchamo de Ketama, Ray Heredia o La Barber¨ªa del Sur, pero due?os de una personalidad propia que se hace especialmente patente en sus directos, Ma¨ªta Vende C¨¢ pasan por ser los principales exponentes de una nueva etiqueta comercial: los flamenquitos, ni demasiado fr¨ªvolos ni demasiado jondos. Una v¨ªa experimental, l¨²dica y de gach¨¦ sobre la base de los palos mas asequibles del flamenco. No obstante, el nombre del grupo -"mi madre es gitana" en la traducci¨®n del cal¨®- no deja lugar a dudas sobre la voluntad de mantenerse fieles a su cultura mestiza, sin renunciar a los aires de la modernidad. La numerosa formaci¨®n, compuesta por las guitarras de Lucas y Kiko, las percusiones de Dani y Cristiano, el bajo de Paco, los vientos del indomable Luis, el baile y las palmas temperamentales de Tate y Rodo y la carism¨¢tica voz de Antonio el Ca?a crearon una atm¨®sfera de complicidad con el p¨²blico que se mantuvo sin inflexiones hasta la improvisaci¨®n final. "?Qu¨¦ ¨ªbamos a hacer sin vosotros?", preguntaba El Ca?a al entregado respetable. "La Isla [nombre con el que popularmente se conoce a San Fernando] es mucha Isla, es el lugar de donde venimos, donde vivimos", afirmaba el guitarrista Lucas, "y donde vamos a seguir. No vamos a olvidar nunca a toda esa gente que nos ha apoyado desde el principio". Dif¨ªcil le ser¨¢ olvidar, tambi¨¦n, aquella noche del 2 de julio en que reinaron durante un par de horas, con todos los honores y peticiones de aut¨®grafos, en la patria chica de Camar¨®n.
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