Dirigentes protestantes unionistas se oponen a la propuesta de Blair-Ahern
Escepticismo entre los cat¨®licos sobre el desarme del IRA exigido en el plan brit¨¢nico-irland¨¦s
Destacados pol¨ªticos unionistas sellaron ayer con una preliminar negativa los primeros debates sobre la propuesta anglo-irlandesa que presentaron Tony Blair y Bertie Ahern el viernes en Stormont (Belfast). El escepticismo ante el ¨¦xito del plan se extiende tambi¨¦n entre algunos cat¨®licos que no ven factible, o no desean, el desarme del Ej¨¦rcito Republicano Irland¨¦s (IRA). "No me imagino al IRA entregando las armas", se?alaba ayer el joven cat¨®lico Anthony Stele frente al monasterio de Cunard, en el barrio republicano de Belfast, donde renaci¨® el IRA hace 30 a?os.
La primera reuni¨®n del Partido Unionista del Ulster (UUP) tras la presentaci¨®n, en la tarde del viernes, de la propuesta anglo-irlandesa sobre la aplicaci¨®n del Acuerdo del Viernes Santo de 1998 concluy¨® con una negativa. Destacados miembros del partido, tanto defensores como contrarios al hist¨®rico acuerdo, se cerraron en banda respecto a la propuesta planteada por los primeros ministros Blair y Ahern. "No la podemos aceptar. No es una opci¨®n, sino un ultim¨¢tum", se?al¨® Ken Maginnis, parlamentario en Westminster y responsable del UUP en materia de defensa. Considerado entre el sector moderado del unionismo, Maginnis no puede, sin embargo, confiar en la f¨®rmula surgida de Stormont, que exige la formaci¨®n del autogobierno de coalici¨®n el pr¨®ximo d¨ªa 15, el comienzo del desarme de los grupos paramilitares semanas despu¨¦s, y la entrega total de las armas por parte del Ej¨¦rcito Republicano Irland¨¦s para mayo del 2000. "Nos piden", dijo ayer, "que pisemos cristales con los pies descalzos".
El dirigente unionista se refer¨ªa a la ausencia en la nueva propuesta de pruebas tangibles de que el IRA ceder¨¢ parte de su arsenal b¨¦lico antes de la puesta en marcha del Ejecutivo aut¨®nomo. ?ste es, de momento, el requisito del unionismo para acceder a compartir carteras ministeriales con los republicanos del Sinn Fein, brazo pol¨ªtico del IRA.
La propuesta de Blair y Ahern queda ciertamente corta ante las demandas unionistas, pero ofrece por primera vez la perspectiva de retirar de Irlanda del Norte las armas ilegales, incluidas las del IRA, en un plazo m¨¢ximo de 11 meses.
M¨¢s comprometida es la premisa de "salvaguardia" por la que las instituciones de nueva creaci¨®n -la Asamblea de Belfast, los organismos transfronterizos y el propio autogobierno- quedar¨¢n "suspendidas" si el IRA incumple su compromiso de desarme.
"La propuesta tiene fallos profundos", subray¨® Jeffrey Donaldson, unionista contrario al Acuerdo del Viernes Santo. En el monasterio redentorista de Clunard, donde el IRA renaci¨® en agosto de 1969, las expectativas sobre la desaparici¨®n de la banda armada son nulas. "No vamos a asistir al final del IRA en los pr¨®ximos meses. La unificaci¨®n de la isla de Irlanda es su evangelio y el IRA estar¨¢ aqu¨ª hasta que lo consiga", se?ala el padre Patrick O"Donnell. Los religiosos de Clunard, a cuya capilla acude con frecuencia el presidente del Sinn Fein, Gerry Adams, conocen la fuerza de la violencia y los complicados mecanismos del movimiento republicano.
Pistoleros del entonces difunto IRA salvaron al monasterio de caer bajo las llamas de los protestantes hace 30 a?os. "Nunca olvidar¨¦ esos a?os", afirma el padre O"Donnell. "En el republicanismo se respeta mucho al l¨ªder y el IRA habr¨¢ aprobado la oferta de Adams. Pero siempre quedar¨¢ alg¨²n individuo capaz de hacer much¨ªsimo da?o".
A pocos pasos se levantan las viviendas sociales de la calle de Bombay, casas de dos pisos que se construyeron tras los incendios provocados en 1969. Un muro de cemento y metal, la llamada l¨ªnea de la paz, separa a sus habitantes cat¨®licos de los vecinos protestantes de Shankill. Los ataques todav¨ªa contin¨²an y, a modo de protecci¨®n extra, todas las ventanas que dan al muro est¨¢n reforzadas.
"El IRA desaparecer¨¢, pero conservar¨¢ las armas. Las necesitamos para nuestra propia seguridad. ?Por qu¨¦ tienen que entregarlas despu¨¦s de sufrir persecuciones durante tanto a?os? Es suficiente con que las mantengan en silencio", mantiene una vecina del barrio, Ann Marie O"Hara. Con el avance de las negociaciones proliferan tambi¨¦n otras l¨ªneas de la paz: nuevos muros se construyen para separar a cat¨®licos de protestantes en las calles de Belfast y en los pueblos del resto de Irlanda del Norte. "Las divisiones son cada vez m¨¢s profundas. La limpieza ¨¦tnica es un hecho real en Irlanda del Norte", confirma el padre O"Donnell.
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