Pensaron en torero
Hoy d¨ªa, tal como est¨¢ montada la fiesta de los toros, no es raro el diestro que suele pensar en las orejas, la galer¨ªa y los beneficios econ¨®micos. Pensar en torero es menos frecuente. Por ello, fue una agradable sorpresa que en el festejo celebrado ayer en la plaza Monumental de Barcelona, Litri y El Cordob¨¦s olvidaran prisas, efectismos y extravagancias para actuar en toreros y satisfacer a la mejor afici¨®n que hab¨ªa en el coso, que supo apreciar cumplidamente su entrega y su buen hacer. Litri toreaba su ¨²ltima corrida en Barcelona y tuvo la suerte de que le tocara el mejor toro que sali¨® al ruedo ayer por la tarde en Barcelona, el primero, que no se cans¨® de embestir, aunque hiciera dos amagos de rajarse.
Cuatro toros de Manolo Gonz¨¢lez y dos (2?, sobrero, y 3?) de Gonz¨¢lez S¨¢nchez-Dalp, astifinos, mansurrones, reservones y con genio, excepto el 1?, bueno
Litri: oreja y silencio. El Cordob¨¦s: silencio y oreja. Rivera Ord¨®?ez: vuelta al ruedo y oreja. Plaza Monumental, Barcelona, 4 de julio. Media entrada.
La faena fue muy torera y ligada, con aut¨¦ntica enjundia y el remate de tres molinetes de rodillas. Despu¨¦s de pinchazo y estocada, fue muy justo el premio de una oreja. Hab¨ªa brindado esta faena al p¨²blico, y la de su ¨²ltimo toro en Barcelona lo hizo a Pedro Bala?¨¢, pero el astado ten¨ªa peligro y Miguel anduvo precavido con ¨¦l.
Faena seria
El segundo fue devuelto a los corrales por su invalidez y sustituido por uno de la misma ganader¨ªa, con el que El Cordob¨¦s no pudo alcanzar especial relieve. Al quinto, mansurr¨®n, pero que se dej¨®, lo banderille¨® brillantemente Paco Pe?a, y El Cordob¨¦s le instrument¨® la faena m¨¢s seria, hermosa y torera que nunca haya realizado en este ruedo, con unos naturales de una lentitud prodigiosa, al ritmo que dictaba la poco codiciosa embestida del burel, al que entendi¨® a la perfecci¨®n. Estocada entera, con justo premio de una oreja y petici¨®n de la segunda.
Rivera Ord¨®?ez comenz¨® sobando la poco clara embestida de su primero, al que costaba mucho entregarse, destacando en dos series en los medios, hasta que la res comenz¨® a prodigar ga?afones. Despu¨¦s de un pinchazo, un magn¨ªfico volapi¨¦.
Al sexto lo salud¨® vibrantemente con ver¨®nicas y media rodilla en tierra. El principio del muleteo, por bajo, fue espl¨¦ndido y luego tore¨® por ambas manos con largura y decisi¨®n, hasta que el toro perdi¨® gas.
Remont¨® la vibraci¨®n de lo hecho con otro magn¨ªfico volapi¨¦, decisivo para que se le concediese una oreja. Los tres espadas fueron despedidos con ovaciones. Hab¨ªan pensado en torero.
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