Marbella en las ondas
El jeque Mohamed Ashmawi desciende vestido de blanco de un Mercedes plateado y entra en los estudios de Al-Andalus Televisi¨®n. Todas las miradas se dirigen hacia ¨¦l aunque no vaya a ser entrevistado. S¨®lo quiere supervisar que todo va bien en el mismo d¨ªa en comienza a emitir esta cadena suya. "Desde aqu¨ª vamos a presentar algo nuevo", comenta cambiando del ¨¢rabe al ingl¨¦s. "No es como otras televisiones. Con esta pretendemos acercar las diferentes culturas y hacerlas m¨¢s ricas, interseccionarlas", asegura este hombre que se dice enamorado de la cultura andalus¨ª y, c¨®mo no, de Marbella. Para ello, qu¨¦ mejor que poner en marcha una televisi¨®n por sat¨¦lite y hacerla llegar a toda la cuenca del Mediterr¨¢neo hasta ?frica central y hasta la India, pasando por la pen¨ªnsula ar¨¢biga. Y mejor tambi¨¦n hacerlo de forma internacional, en cuatro idiomas: ¨¢rabe, espa?ol, franc¨¦s e ingl¨¦s. Aunque el objetivo es llegar a emitir 24 horas, de momento s¨®lo est¨¢ en el aire de cuatro de la tarde a 10 de la ma?ana, pero en breve, conectar¨¢ con la televisi¨®n municipal de Marbella el resto del d¨ªa. La idea no surgi¨® de la nada. Hace un a?o el jeque, que vive a caballo entre Marbella, Egipto y Arabia Saud¨ª, puso en marcha un programa semanal, Memoria Viviente, que emit¨ªa en la televisi¨®n municipal de Marbella y que ten¨ªa un objetivo claro: difundir lo que era Al-Andalus y su cultura. Hace pocos meses mont¨® una televisi¨®n por ondas terrestres, mayormente en ¨¢rabe, que llegaba desde Fuengirola a T¨¢nger. Pero tambi¨¦n este proyecto se le qued¨® corto y puso a trabajar a una veintena de profesionales en este v¨ªa sat¨¦lite. "Son de muchas nacionalidades y religiones diferentes. Tantas que a veces para entendernos todos empleamos el ingl¨¦s", comenta Javier Isla, el responsable de Relaciones P¨²blicas. Ashmawi quiere excluir de las ondas la pol¨ªtica y la religi¨®n. Pero el rezo de las 14.00 del pasado viernes fueron las primeras im¨¢genes que se mandaron desde la mezquita de Marbella al sat¨¦lite egipcio Nilsat. En cuesti¨®n de horas, eso s¨ª, la programaci¨®n hab¨ªa dado un giro brutal. El nuevo escenario: el Hotel Don Carlos, uno de los m¨¢s lujosos de la Costa del Sol. Los personajes: los mismos que ti?en de rosa las revistas del coraz¨®n. Se trataba de la fiesta de inauguraci¨®n presidida por el jeque a la que pudieron acudir en directo los 100 millones de televidentes potenciales a los que est¨¢ dirigida Al -Andalus Televisi¨®n. All¨ª Samira Elgharrafi, la directora de programaci¨®n, se hac¨ªa un hueco entre el sorbete de mango y el pat¨¦ para coger la c¨¢mara e ir a rodar. "Es una televisi¨®n de car¨¢cter cultural", comenta esta marroqu¨ª de 24 a?os en perfecto espa?ol, mientras el flamenco da paso al folclore ber¨¦ber. "Hay programas de belleza, musicales, culturales y tambi¨¦n trataremos, por ejemplo, de los problemas de la emigraci¨®n". Para los informativos conectar¨¢n con el canal de noticias en ¨¢rabe ANN, aunque no excluye que terminen produci¨¦ndolos ellos mismos. De momento, la mayor parte de la programaci¨®n es comprada y acumulada en los archivos de la sede. Pero tambi¨¦n tienen programaci¨®n propia, como son reportajes de acontecimientos sociales que ocurren en la ciudad o entrevistas que realizan en una habitaci¨®n decorada al estilo ¨¢rabe y m¨¢s parecida al sal¨®n de un palacete que a un estudio de tele. All¨ª se sienta Ashmawi y, a la vez que excluye cualquier objetivo econ¨®mico del proyecto, comenta: "Marbella es mi segundo pa¨ªs natal. Al-Andalus Televisi¨®n ten¨ªa que estar aqu¨ª".
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