Abrir los Balcanes
Milosevic ha sucumbido ante el poder¨ªo militar de la OTAN y nosotros podemos respirar aliviados. Para justificar nuestra intervenci¨®n ahora tenemos que garantizar un futuro mejor no s¨®lo para los ciudadanos de Kosovo, sino para toda la regi¨®n, incluido el resto de Yugoslavia. No podemos seguir reaccionando a las crisis conforme surgen, especialmente porque nuestras acciones pueden tener consecuencias imprevistas muy adversas. Debemos introducir all¨ª una visi¨®n positiva, la visi¨®n que dio lugar a la Uni¨®n Europea. No es posible reconstruir los Balcanes s¨®lo sobre la base de Estados nacionales. Hemos visto que el intento de establecer la homogeneidad ¨¦tnica puede conducir a atrocidades intolerables, al sufrimiento y a la destrucci¨®n. Y tampoco resulta pr¨¢ctico. La poblaci¨®n de Yugoslavia, despu¨¦s de excluir a Kosovo, sigue teniendo entre un 20% y un 25% de no serbios. La ¨²nica forma de alcanzar la paz y la prosperidad es crear una sociedad abierta en la que el Estado represente un papel menos dominante y las fronteras pierdan importancia. ?sa es la senda elegida por la Uni¨®n Europea.
El primero en proponer la sociedad abierta fue Henry Bergson en su obra Two sources of religion and morality (Dos fuentes de religi¨®n y moralidad), 1932. Diferenciaba entre una idea tribal y una idea universal de moralidad. La primera conduce a una sociedad cerrada; la segunda, a una sociedad abierta. El concepto lo ampli¨® Karl Popper en su famoso libro Open society and its enemies (La sociedad abierta y sus enemigos), donde demostraba que la sociedad abierta tambi¨¦n puede verse amenazada por las ideas universales, cuando reclaman un monopolio de la verdad, pero los problemas de la regi¨®n se entienden mejor con la formulaci¨®n de Bergson. Hemos visto una lucha entre los conceptos de ciudadan¨ªa ¨¦tnica y c¨ªvica. En Yugoslavia perdi¨® el concepto c¨ªvico y el pa¨ªs se desintegr¨®. En Europa occidental prevaleci¨® el concepto c¨ªvico y la integraci¨®n de Europa se mantiene, en fuerte contraste con la desintegraci¨®n de Yugoslavia. La Uni¨®n Europea debe ahora extender sobre la regi¨®n su paraguas protector.
La regi¨®n en s¨ª se debe considerar mayor que la antigua Yugoslavia, porque no es posible volverla a unir sin m¨¢s. Debe incluir Albania y Bulgaria, y deber¨ªa estar abierta a pa¨ªses como Rumania y Moldavia. No debemos repetir los errores cometidos en Bosnia. La reconstrucci¨®n no consigui¨® tomar impulso all¨ª, debido a que el territorio es demasiado peque?o y las diversas entidades gubernamentales, desde las federales hasta las locales, insisten en meter sus dedos, no demasiado limpios, en todos los pasteles. Esta vez, nuestro trabajo debe extenderse a toda la regi¨®n y fomentar la iniciativa privada.
Este argumento lo comprenden bien nuestros l¨ªderes pol¨ªticos. El Pacto de Estabilidad para el Sureste de Europa, firmado en Colonia (Alemania) el 10 de junio, proporciona un excelente comienzo. Establece tres grupos de trabajo: para la democratizaci¨®n y los derechos humanos; para la reconstrucci¨®n, el desarrollo y la cooperaci¨®n econ¨®micos, y para cuestiones de seguridad. Ofrece un marco que aguarda su contenido. El contenido se puede derivar de un informe redactado por el Centro de Estudios de Pol¨ªtica Europea, con sede en Bruselas. El n¨²cleo del plan, adaptado de dicho informe, consiste en cuatro pasos interrelacionados:
1. Los pa¨ªses participantes integran sus servicios de aduanas, primero en el sureste de Europa, y m¨¢s adelante, con el mercado de la Uni¨®n Europea.
2. La Uni¨®n Europea compensa a los pa¨ªses la p¨¦rdida de los ingresos aduaneros con cargo a su presupuesto. La compensaci¨®n exceder¨ªa con creces la p¨¦rdida de ingresos y supondr¨ªa un fuerte incentivo para participar. El subsidio procedente del presupuesto de la Uni¨®n Europea rondar¨ªa en torno a los 5.000 millones de euros anuales. Esto encaja perfectamente con el presupuesto europeo acordado en Berl¨ªn para el a?o 2000.
3. El subsidio depender¨ªa estrictamente de c¨®mo avance la creaci¨®n de las condiciones para una sociedad abierta: elecciones libres, medios de comunicaci¨®n independientes, un sistema de derecho, transparencia, eliminaci¨®n de injerencias pol¨ªticas en la actividad econ¨®mica. Deber¨¢ haber controles adecuados sobre los servicios de aduanas y gastos p¨²blicos para satisfacer al donante.
4. Con la ayuda de la UE, los pa¨ªses se pasar¨ªan al euro (o al marco alem¨¢n hasta que el euro se introduzca) como moneda com¨²n. Bulgaria ya tiene una existosa junta monetaria basada en el marco alem¨¢n; los otros pa¨ªses ni siquiera necesitar¨ªan una junta monetaria.
En un primer momento, esto crear¨ªa un ¨¢rea de libre comercio similar al Benelux. Tan pronto como la UE estuviera satisfecha con su control sobre las aduanas, admitir¨ªa la zona en el Mercado Com¨²n Europeo. El comercio de los productos agr¨ªcolas, que constituye el puntal de la regi¨®n, puede seguir sometido a restricciones, pero la UE tendr¨ªa que mostrar una cierta generosidad para que el plan tuviera ¨¦xito. En un futuro previsible, pongamos dos a?os, se admitir¨ªa a la regi¨®n en el mercado com¨²n europeo. En un futuro m¨¢s lejano, los pa¨ªses tambi¨¦n ser¨ªan admitidos a nivel individual como miembros de pleno derecho.
Bulgaria ya es una candidata; su participaci¨®n en el plan le ayudar¨ªa a alcanzar antes los requisitos para ser miembro. Croacia tambi¨¦n reforzar¨ªa sus argumentos para convertirse en candidato, aunque tiene un importante obst¨¢culo que superar: las elecciones actuales se desarrollan en unas condiciones que distan mucho de ser democr¨¢ticas. Serbia tendr¨ªa que convocar elecciones bajo el auspicio de la OSCE para ser elegible, pero a Milosevic le resultar¨ªa muy dif¨ªcil resistirse a la presi¨®n popular para participar. El plan conseguir¨ªa lo que no pudo conseguir el bombardeo.
Ser¨ªan necesarias otras medidas para garantizar la seguridad p¨²blica, reconstruir las infraestructuras, realojar a los refugiados y establecer los cimientos de una sociedad abierta. Pero lo que la har¨ªa posible son los cuatro pasos interrelacionados mencionados anteriormente. Las aduanas no s¨®lo separan a los pa¨ªses; los Estados tambi¨¦n son una potente fuente de corrupci¨®n. La abolici¨®n de los impuestos aduaneros reducir¨ªa la capacidad de los Gobiernos de interferir con el desarrollo econ¨®mico; tendr¨ªan que competir para atraer la inversi¨®n a su territorio en lugar de imponer obst¨¢culos, como hacen en la actualidad. La contribuci¨®n inicial de la UE se ver¨ªa multiplicada en buena medida por la inversi¨®n privada. ?se es el factor que dio tanto ¨¦xito al Plan Marshall.
Este plan de sociedad abierta en el sureste de Europa supondr¨ªa un coste para los miembros de la UE, pero las cantidades son peque?as porque, desde el punto de vista econ¨®mico, la regi¨®n es menor que Holanda. Esos costes apenas superar¨ªan los de la intervenci¨®n militar y humanitaria, pero los beneficios ser¨ªan incomparablemente mayores. George Soros es presidente de Soros Fund Management y del Open Society Institute. ? Project Syndicate.
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