"Pensar que la fusi¨®n CAM-Bancaixa soluciona los retos es una frivolidad"
Pregunta. ?Las cajas de ahorro est¨¢n en un momento decisivo de su existencia? Respuesta. El conjunto del sistema financiero est¨¢ en un momento decisivo, y las cajas son la mitad del sistema bancario espa?ol. Tienen un reto importante, pero no distinto al resto del sistema financiero, excepto en la estructura jur¨ªdica de las entidades, que creo que no afecta a los retos de adaptaci¨®n al nuevo marco. La globalizaci¨®n es cada vez mayor y el mercado europeo plantea nuevos retos. Si todos est¨¢n pensando c¨®mo se adaptan a la nueva situaci¨®n, quiere decir que tambi¨¦n afecta a las cajas. Las cajas est¨¢n en una situaci¨®n en la que no han estado a lo largo de su historia, y en ese sentido es uno de los momentos m¨¢s decisivos de cara al futuro, para ver cu¨¢l va a ser su adaptaci¨®n a un sistema financiero mucho m¨¢s competitivo. P. ?Para adaptarse hay que cambiar el esp¨ªritu de las cajas? R. La funci¨®n social de las cajas no tiene por qu¨¦ cambiar. Tiene que adaptarse. Las cajas no pueden quedarse en el mercado sin ser competitivas. Si no se es eficiente y se tienen costos menores, no es posible dar cr¨¦ditos m¨¢s baratos porque no se cubre la estructura de costos. Si las cajas son eficientes, obtienen beneficios y ¨¦stos se dedican a las obras sociales, no tienen por qu¨¦ cambiar su esp¨ªritu. Aunque cada vez ser¨¢n m¨¢s parecidas a un banco, pero en el funcionamiento diario, no en la distribuci¨®n de los beneficios. P. ?La eficiencia de una caja est¨¢ en funci¨®n de su tama?o? R. No necesariamente. Las dos cajas valencianas, Bancaixa y la CAM, tienen suficiente tama?o para ser eficientes por s¨ª solas, lo cual no quiere decir que juntas tendr¨ªan un tama?o... P. ?M¨¢s competitivo? R. O no. Depende de c¨®mo se haga. P. ?El problema no es la fusi¨®n sino el modo en que se haga? P. Efectivamente. Una fusi¨®n se hace desde la prudencia y desde la discreci¨®n. Cuando el Santander se fusion¨® con el BCH nadie se enter¨® hasta que se hizo p¨²blico. No es ¨²nicamente una cuesti¨®n de n¨²meros, que son importantes, porque hay fusiones que no acaban de funcionar, como la del Citicorp y el Travelers, porque la cultura y los equipos de los dos bancos era tan distinta que un a?o despu¨¦s, la mitad de las previsiones no se han cumplido. Para avanzar en un proceso lo primero que se necesita es abandonar la frivolidad. Aqu¨ª se est¨¢ imponiendo la m¨¢s absoluta frivolidad: todos hablan y nadie sabe. Luego, hay que analizar las cifras, y despu¨¦s, los problemas. Y a partir de ah¨ª ver si es mejor mantenerse separados o no. Oficialmente no hay nada, pero los oficiosos no callan. P. Pero hay contactos entre el PP y el PSPV al respecto, ?no? R. No, que yo sepa. Lo que s¨¦ es que hay un estudio hecho que est¨¢ viejo. Si se ha actualizado y se ha ense?ado, ya no lo s¨¦. Era un estudio estrictamente de toda la ganancia en costos, pero se hizo antes de que la CAM comprase el Sanpaolo y de que Bancaja hiciese lo propio con el Sindibank. Este informe era s¨®lo un primer paso para empezar a discutir los problemas. Pero insisito: el tema no se ha tratado en los consejos de administraci¨®n. El exceso de rumores est¨¢ desmotivando a las dos estructuras laborales. P. ?Qui¨¦n tiene que decidir si se produce o no la fusi¨®n? R. Las asambleas, por dos tercios. Y en este momento creo que no los alcanza ning¨²n partido. No he hecho los n¨²meros de las ¨²ltimas elecciones, pero creo que el PP tampoco re¨²ne los dos tercios. Imponer la fusi¨®n a los equipos directivos y a los representantes minoritarios, sin un estudio sensato de cifras e integraci¨®n de equipos, puede llevar a una situaci¨®n similar a la del Banco Bilbao y el Banco Vizcaya, que sufrieron un proceso costoso por las pugnas de los equipos. Prudencia y menos alegr¨ªa, porque nadie ha visto un estudio en el que se integren las estructuras organizativas. Y si no hay una integraci¨®n suave, todo lo que se puede ganar sobre el papel, se desvanece en la realidad. P. ?La duplicidad de oficinas pod¨ªa ser dram¨¢tica para los puestos de trabajo? R. En aquel estudio, la duplicidad no era tan grande. Las fusiones siempre tienen costos, pero hay que analizar tambi¨¦n los beneficios. Hay que poner todo sobre la mesa y los consejos de administraci¨®n que decidan. Eso es lo que no se hace. P. ?Hay una caja que desea la fusi¨®n m¨¢s que otra? R. En Bancaixa no se ha tratado en el consejo de administraci¨®n. Y desconozco la situaci¨®n de la CAM. P. La CAM tiene una cierta prevenci¨®n, ?no? R. Quiz¨¢. Pero puede responder m¨¢s a problemas de falta de vertebraci¨®n y capitalidad de Valencia. Tal vez desde algunos sectores de Alicante se intuye como una absorci¨®n, cuando las dos instituciones poseen una entidad muy similar. Por otro lado, es obvio que con la posible fusi¨®n, la entidad resultante tampoco ganar¨ªa tanto en tama?o: continuar¨ªa por debajo del Grupo Banco Popular. Es una frivolidad decir que la fusi¨®n solucionar¨ªa todos los retos pendientes. Lo que los arreglar¨ªa es una mayor eficiencia, mejores productos, mejores cr¨¦ditos... Los clientes se mueven por la mejor oferta y no por sentimentalismos. Si no se es competitivo, se desaparece del mercado. Y en todo eso hay mucho que hacer. P. No toda la CAM es reticente. Antonio Gil Terr¨®n, su vicepresidente es partidario. R. Abri¨® un debate prematuro, desde mi punto de vista. P. El presidente de Bancaixa tampoco est¨¢ en contra. R. El presidente de Bancaixa lo que ha dicho son dos cosas que comparto. Que la entidad tiene que crecer y que las fusiones est¨¢n ah¨ª y hay que estudiarlas. Otra cosa es lo que algunos interpretan que ha dicho. Su actitud ha sido m¨¢s prudente que la de otras personas que se sientan en el consejo de administraci¨®n. El ¨²nico que yo recuerde que se ha declarado a favor es el alcalde de Segorbe, quien a su vez es el presidente de la Comisi¨®n Territorial de Segorbe, cosa inadmisible que nos retrotrae a la Restauraci¨®n. P. ?Existen informes ajenos favorables o contrarios? R. Estudios sobre fusiones hay muchos y casi todos concluyen que no existe una relaci¨®n autom¨¢tia entre tama?o y rentabilidad. El IVIE ha realizado un trabajo, publicado por la CAM, que debiera leerse antes de hacer declaraciones precipitadas. Las recientes consideraciones del subgobernador del Banco de Espa?a acerca de lo m¨¢s grande no tiene porqu¨¦ ser m¨¢s eficiente, van en la misma direcci¨®n. P. ?La politizaci¨®n de las cajas es inevitable? R. Creo que no. Uno de los avances m¨¢s importantes que han tenido la sociedad y la econom¨ªa espa?ola en los ¨²ltimos veinte a?os ha sido la modernizaci¨®n del sistema financiero. El franquismo fue un desastre. El Gobierno decid¨ªa d¨®nde hab¨ªa que invertir o no. Caer otra vez en esta tentaci¨®n, sea por parte del PP o del PSOE, de que cuatro se?ores en un despacho sepan m¨¢s d¨®nde hay que invertir o no que los t¨¦cnicos y los equipos directivos de las cajas, ser¨ªa volver a un pasado dominado por la ineficiencia. P. El pulso del PP en la ¨²ltima asamblea para que tres miembros de la Fundaci¨® Caixa Castell¨®, dos de ellos pol¨ªticos, tuviesen voz y voto en base a un informe del Protectorado de Fundaciones de la Generalitat, ?d¨®nde lo enmarca? R. Es absolutamente inconveniente que los cargos pol¨ªticos ocupen cargos relevantes en entidades financieras. La identificaci¨®n de las cajas con pol¨ªticos de un determinado partido no es buena, porque, como dijo Rafael Termes, la banca se hace con muy poco dinero y mucha confianza. P. El PP ha implicado a Bancaixa en proyectos como Terra M¨ªtica. ?Es normal? R. Si la rentabilidad ha sido estudiada y los t¨¦cnicos que deciden las inversiones, lo autorizan, pues debo creer que el proyecto es rentable. En todo caso, las cifras que invierte son muy limitadas, aunque tienen mucho eco p¨²blico por tratarse de un proyecto emblem¨¢tico del PP. Lo que no es bueno para las cajas es que se produzca una identificaci¨®n con el Gobierno. Los pol¨ªticos tienen todos mis respetos, pero tienen su ¨¢mbito de actuaci¨®n al margen de las instituciones financieras. Hay muchos clientes que pueden no compartir los criterios pol¨ªticos de quienes gobiernan en cada momento, y que se pueden sentir inc¨®modos con esa identificaci¨®n.
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