R. Molina, por fin
JUVENAL SOTO No olvidada, pero s¨ª reducida a ediciones inencontrables, la poes¨ªa de Ricardo Molina (Puente Genil, 1917-C¨®rdoba, 1968) comenzaba a dormir el sue?o injusto de esas joyas familiares que, primero, se reservan para las grandes solemnidades y, por fin, acaban custodiadas en la penumbra de las cajas fuertes. Pese a los intentos de alguna editorial especializada, de la Diputaci¨®n de C¨®rdoba y de los no pocos estudiosos del Grupo C¨¢ntico -am¨¦n de los especialistas (no tantos) en la po¨¦tica del propio R. Molina-, era ¨¦ste un ejemplo m¨¢s del reverente silencio que con tanta frecuencia aqueja a cierta poes¨ªa espa?ola del siglo XX por razones estrictamente acad¨¦micas, en unos casos, y por sinrazones enigm¨¢ticas, en otras ocasiones. Sea por lo que sea, la obra de Ricardo Molina era una referencia m¨ªtica y obligada tanto para los poetas como para los cr¨ªticos actuales, y, al mismo tiempo, una tarea pendiente de lectura y estudio para aqu¨¦llos y ¨¦stos. Rafael Ballesteros (M¨¢laga, 1938) ha sido quien acometiese recientemente la sistematizaci¨®n cr¨ªtica de la obra de R. Molina y la selecci¨®n de un importante n¨²mero de poemas del autor cordob¨¦s acordes, en su forma y contenido, con los par¨¢metros que para la po¨¦tica de Molina establece el propio ant¨®logo. Perm¨ªtanme que dedique estas l¨ªneas al magn¨ªfico estudio y antolog¨ªa que Ballesteros, poeta y cr¨ªtico literario andaluz (lo geogr¨¢fico, en su caso, es un dato anecd¨®tico; no pod¨ªa ser de otra forma en un hombre de inteligencia sensible) ha dedicado a la poes¨ªa del escritor de C¨®rdoba, tambi¨¦n poeta y cr¨ªtico literario andaluz y tambi¨¦n con lo andaluz como an¨¦cdota sagaz a lo largo de su obra, tanto po¨¦tica como cr¨ªtica. Establece Ballesteros en el pr¨®logo del libro (Ricardo Molina. Antolog¨ªa po¨¦tica. 1945-1967. Signos. Huerga y Fierro editores, Madrid, 1999) las, seg¨²n ¨¦l, cinco sinton¨ªas en las que se mueve la obra de Molina: Lo pagano o el mundo cl¨¢sico, Una poes¨ªa de y para los sentidos, El pante¨ªsmo, El amor, El sentimiento religioso. M¨¢s tarde, ya a punto de dar entrada a los poemas seleccionados, el ant¨®logo resuelve para los lectores tanto los planteamientos como los recursos formales a los que acude y de los que se vale, respectivamente, el poeta cordob¨¦s, para finalizar el citado pr¨®logo con un recuerdo de la acertada descripci¨®n con la que Jenaro Talens se refiere a la labor antologadora, y pone fin a su introducci¨®n citando a Fernando Pessoa: "El ¨²nico prefacio de una obra es el cerebro de quien la lee". Alentado por mis prevenciones contra los v¨ªnculos supuestos, o impuestos, entre nacionalidad y literatura, mi cerebro quiso inducirme a redescubrir por medio de esta antolog¨ªa la obra de un poeta, Ricardo Molina, que clarifica con mayor acierto que otros la diferencia abismal entre la poes¨ªa escrita desde Andaluc¨ªa y esa desgracia que muchos se empe?an en ofrecer como una casi organizaci¨®n, la poes¨ªa andaluza, como si lo geogr¨¢fico constituyese en s¨ª mismo un distintivo ni siquiera literario, especialmente cuando el idioma utilizado, tal es el caso de los andaluces, es el espa?ol. La universalidad de la poes¨ªa, este estudio de Rafael Ballesteros -sin porfiar en el asunto- as¨ª vuelve a demostrarlo, quiz¨¢s consista en esto: escribir, pese al idioma, para un lector universal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.