Dos versiones de una renuncia

"La historia se repite", comentaban ayer los colaboradores de T¨¢rsilo Piles durante los debates registrados en el seno del Consell Pol¨ªtic de Uni¨®n Valenciana. Hace cuatro a?os, Vicente Gonz¨¢lez Lizondo, entonces presidente nacional del partido y presidente de las Cortes, dej¨® caer su voluntad de dejar el cargo org¨¢nico. El envite fue aceptado en su d¨ªa por H¨¦ctor Villalba, entonces portavoz parlamentario y, aparentemente, uno de los delfines del padre fundador de la familia regionalista valenciana. Villalba fue refrendado como m¨¢ximo responsable del partido por aclamaci¨®n. Pero cuando se procedi¨® a la elecci¨®n de los nuevos responsables provinciales se produjo una ruptura definitiva entre Lizondo y su sucesor que optaron por Vicente Ferrer y T¨¢rsilo Piles, respectivamente, como presidente provincial de Valencia. El enfrentamiento deriv¨® en una posterior escisi¨®n de los cargos p¨²blicos afines a Lizondo. Villalba anunci¨® ayer su renuncia a la reelecci¨®n como presidente nacional y Jos¨¦ Mar¨ªa Chiquillo se apresur¨® a lanzar el guante. La sorprendente oferta de Villalba fue comparada con la retirada de Lizondo. Pero no est¨¢ nada claro que el presidente saliente considere como su delf¨ªn al ¨²nico diputado nacional de UV. Fuentes pr¨®ximas a Villalba interpretan su renuncia en clave estrictamente t¨¢ctica. El presidente nacional habr¨ªa optado por apartarse del cargo para evitar una campa?a en su contra que pudiera da?ar la imagen del partido. Pero podr¨ªa avalar a un heredero implicado con la reforma desarrollada en el seno de UV desde que Lizondo dej¨® el poder. Los fieles de H¨¦ctor Villalba explican que la mayor¨ªa de edad de la formaci¨®n regionalista y la independencia de su presidente han generado malestar entre los sectores que propiciaron la creaci¨®n de la formaci¨®n regionalista para utilizarla a su antojo. Algunos militantes sugirieron la creaci¨®n de una gestora que dirija el partido de forma provisional hasta las pr¨®ximas elecciones generales, que deber¨ªan celebrarse en el primer trimestre del 2000, para evitar que la nueva direcci¨®n pueda estrenarse con un nuevo fracaso en las urnas y la p¨¦rdida del ¨²nico diputado nacional. Pero los fieles de Villalba est¨¢n convencidos de que se constituir¨¢ una s¨®lida candidatura alternativa a la opci¨®n que encabeza Chiquillo, en la que el actual presidente nacional pudiera incorporarse como responsable de la comisi¨®n de conflictos y disciplina, un cargo de nueva creaci¨®n que elige la asamblea del partido al margen de los once miembros del Consell Nacional. La ubicaci¨®n de Villalba en un cargo org¨¢nico unipersonal le permitir¨ªa seguir de cerca pero con cierta independencia los movimientos de la nueva direcci¨®n y optar, en circunstancias propicias, a un nuevo asalto a la presidencia nacional.