La ofensiva guerrillera ha puesto a una mayor¨ªa de colombianos en contra del proceso de paz

Los ¨²ltimos ataques de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) han puesto en solfa el esp¨ªritu negociador del Gobierno y los colombianos. Pero esta quiebra no s¨®lo procede de la ¨²ltima ofensiva rebelde ni de las declaraciones arrogantes de sus comandantes. En los ¨²ltimos d¨ªas, y a tan s¨®lo una semana de que oficialmente se instalen las mesas de negociaci¨®n entre el Gobierno y las FARC, se han lanzado dardos desde varios frentes de la sociedad contra un proceso de di¨¢logo que busca una salida pol¨ªtica a una guerra civil de m¨¢s de 30 a?os y que ha costado decenas de miles de vidas.

Los datos son claros: una encuesta publicada el domingo por el diario El Espectador revela que el 70% de los colombianos preguntados piensa -al igual que el ex presidente liberal Alfonso L¨®pez Michelsen- que la subversi¨®n es puro terrorismo y como tal habr¨ªa que tratarla. Esto, unido a otro estudio de opini¨®n que refleja que m¨¢s del 65% de los consultados no cree que el actual proceso de di¨¢logo conduzca a una paz estable, demuestra que aumenta la desconfianza de la sociedad en la actitud del Gobierno de Andr¨¦s Pastrana, que no ha logrado calar con sus propuestas. Los obispos -una fuerza social de primer orden- tambi¨¦n han expresado su pesimismo: el domingo le advirtieron al presidente Pastrana de que "soplan fuerte vientos de guerra y muerte", y que en las presentes circunstancias "los esfuerzos de paz no muestran de una forma clara las posibilidades de ¨¦xito".

Cada vez son m¨¢s los sectores sociales que consideran que el presidente est¨¢ dando demasiado a cambio de nada. Y son tambi¨¦n muchos los que piensan que una concesi¨®n m¨¢s es la de la fecha elegida para el inicio de las negociaciones: el 20 de julio, la fiesta nacional de Colombia y el d¨ªa en el que las Fuerzas Armadas desfilan por las calles de Bogot¨¢.

Jaime Zuluaga, un analista pol¨ªtico de prestigio, dijo a este peri¨®dico que no se debe posponer m¨¢s esta fecha de las conversaciones: "Es la ¨²nica manera de mantener viva la posibilidad de negociaci¨®n". Zuluaga critica con dureza a las dos partes: al Gobierno por su estrategia exclusivista -"no ha convocado apoyo pol¨ªtico representativo, no existe un acuerdo nacional"- y a la guerrilla de las FARC porque con su violenta ofensiva s¨®lo consigue fortalecer las posiciones de aquellos que se declaran en contra de la salida negociada. Para este analista colombiano, los ¨²ltimos acontecimientos, con el intento de las FARC de tomar 15 ciudades en todo el pa¨ªs, son negativos: "Su acci¨®n se les puede volver como un bumer¨¢n".

"Se debe aprovechar este momento para rectificar el dise?o de esquemas" de trabajo, dice Zuluaga, que insiste en la necesidad de comenzar las negociaciones aun sin la presencia de los sindicalistas del comit¨¦ tem¨¢tico, que ser¨¢ el ente encargado de encauzar la participaci¨®n ciudadana en la edificaci¨®n de la paz.

"Nosotros no nos sentimos representados ni por la guerrilla ni por el Gobierno", ha repetido hasta la saciedad Eduardo Garz¨®n, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores . Los sindicalistas exigen cambios en la pol¨ªtica social y laboral de Pastrana.

Lo m¨¢s complicado, opina Zuluaga, es la actitud del jefe liberal Alfonso L¨®pez Michelsen, quien despoj¨® de todo tinte pol¨ªtico a la subversi¨®n: "Si se reduce a las FARC a simples bandas terroristas es imposible avanzar en el proceso". Zuluaga ve detr¨¢s de estas palabras del ex presidente colombiano la falta de un "acuerdo [previo] en las ¨¦lites sociales en torno a la pol¨ªtica de paz". Falta, a su juicio, un consenso nacional que vaya m¨¢s all¨¢ de la decisi¨®n de un Gobierno o de un partido. El ¨¦xito del proceso depende, a su entender, de la capacidad del Ejecutivo de contagiar a toda la sociedad.

En medio de estas opiniones encontradas, el Gobierno, a trav¨¦s de su comisionado de paz y de sus cinco negociadores, sigue moviendo los hilos en la sombra con el objetivo de desbloquear el proceso. Uno de ellos, el presidente de Senado, Fabio Valencia Cossio, pidi¨® ayer apoyo para el presidente Pastrana y anunci¨® la posibilidad de adelantar, para el l9 de julio, la instalaci¨®n de las mesas de concertaci¨®n. "Las FARC tienen unidad de mando; el Estado debe llegar tambi¨¦n unido", dijo, y critic¨® con dureza a aquellos sectores civiles o militares que lanzan dardos contra la paz.