El PNV abre el proceso para renovar todos sus cargos dirigentes
El Partido Nacionalista Vasco (PNV) inicia hoy el proceso que conducir¨¢ a la elecci¨®n del presidente de su Consejo Ejecutivo y aprobar¨¢ una nueva ponencia pol¨ªtica, directora de su actuaci¨®n, para los pr¨®ximos cuatro a?os. La continuidad de Xabier Arzalluz, que depende sobre todo de ¨¦l mismo, ser¨¢ la primera inc¨®gnita que se despeje. Lleva 20 a?os en el cargo, con una interrupci¨®n durante los tiempos de la escisi¨®n de Eusko Alkartasuna (EA), sin que se vislumbre su recambio. Bajo su direcci¨®n se ultima la ponencia, que se enviar¨¢ a las bases a finales de este mes. El debate y los relevos cogen a la formaci¨®n peneuvista en un momento dif¨ªcil tras sus adversos resultados del 13-J. El largo y complicado proceso del PNV que se abre hoy, con la comunicaci¨®n oficial a las bases de su inicio, se ver¨¢ afectado por todo lo ocurrido desde la firma del Pacto de Lizarra y las consecuencias del tropiezo electoral de junio: fundamentalmente, por el desalojo de instituciones en las que ha mandado durante 20 a?os, as¨ª como por la dif¨ªcil situaci¨®n para la gobernabilidad tanto del Gobierno vasco como de las diputaciones de Vizcaya y Guip¨²zcoa y el Ayuntamiento de Bilbao.
V¨¦rtigo al mirar atr¨¢s
En ese contexto debe afrontar el PNV el quivalente a un congreso y la renovaci¨®n de todos sus cargos internos, salvo las organizaciones municipales. Echar la mirada atr¨¢s y ver hasta d¨®nde se ha retrocedido causa inquietud y un cierto v¨¦rtigo en las filas del partido. El balance desde los comicios auton¨®micos de 1984, cuando obtuvo sus mejores resultados con Carlos Garaikoetxea como candidato, arroja una p¨¦rdida de 14 puntos. Entonces obtuvo el 42% de los votos frente al 28% de octubre de 1998. A la vez que de la pujanza del PP, el PNV debe defenderse de la impetuosa competencia del nacionalismo independentista de Euskal Herritarrok (EH). Algunos dirigentes hablan abiertamente de la necesidad de un cambio tanto en el rumbo como en el componente humano de la direcci¨®n, incluso por razones de edad, y presagian una ejecutiva muy distinta a la actual.
La continuidad de Arzalluz s¨®lo depende de ¨¦l. No hay candidato alternativo -"de haberlo, deber¨ªamos haber empezado a saber de ¨¦l", dice un dirigente-. ?nicamente una negativa de Arzalluz -"a lo Felipe Gonz¨¢lez" en lo irrevocable, se comenta-, supondr¨ªa la b¨²squeda de un sustituto de emergencia.
La marcha de Arzalluz se teme en la misma medida en que se desea en algunos casos y tanto tambi¨¦n como se reconoce -en todas las sensibilidades del partido- la necesidad de afrontar su relevo. El momento, con un nuevo reto electoral por delante, no parece el m¨¢s propicio para una sustituci¨®n no preparada: su presunto delf¨ªn, Joseba Egibar, tendr¨ªa grandes dificultades para ser aceptado en ?lava y Vizcaya.
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