Pristina recupera su Ayuntamiento

ENVIADO ESPECIAL"No entiendo. Si el Ayuntamiento ya est¨¢ abierto y quiero inscribir a mis hijos ?por qu¨¦ no puedo pasar?", vocifera Guxim Ahemti ante un soldado brit¨¢nico que se esfuerza en explicarle con gestos que para entrar necesita una acreditaci¨®n. Al cabo de un par de minutos, Guxim renuncia y se va no sin antes sentenciar. "Aunque ahora est¨¦ la OTAN esto funciona como siempre".

Por primera vez desde que la fuerza internacional de pacificaci¨®n de Kosovo (Kfor) entrara en la regi¨®n -el 13 de junio-, los habitantes de Pristina gozan de una m¨ªnima, y casi simb¨®lica, administraci¨®n civil, con la formaci¨®n de un consejo municipal en el que est¨¢n representados albaneses y serbios bajo la supervisi¨®n de la ONU.

El nuevo Ayuntamiento de Pristina ocupa la sede del anterior: un edificio de tres plantas de color ocre, situado en la confluencia de la calle Trepchanska, con una plaza presidida por un monumento erigido por Josef Broz Tito en exaltaci¨®n de la unidad entre serbios y albaneses. Desde el lunes, all¨ª trabajan codo con codo 140 personas -80 albanokosovares y 60 serbios-; eso s¨ª, bajo la atenta vigilancia de los paracaidistas brit¨¢nicos que ejercen el control efectivo del inmueble y bajo la presidencia nominal de Jay Carter, nombrado administrador especial de la ONU para Pristina. ?ste tendr¨¢ dos coprefectos, uno alban¨¦s, Mexhit Syla, y uno serbio, Zvonomir Ctbiq. El primero fue concejal hasta que, a comienzos de la d¨¦cada, fue expulsado por ser alban¨¦s.

En total, ser¨¢n 400 las personas que trabajar¨¢n en el Ayuntamiento. Elegir a los trabajadores est¨¢ resultando m¨¢s complicado de los previsto para la Misi¨®n de Naciones Unidas para Kosovo (Unmik), encargada del proceso. Para contratar a los primeros 140 ha sido necesario negociar con los representantes de las comunidades albanesa y serbia.

"Es evidente que habr¨¢ un reparto proporcional, seg¨²n el origen ¨¦tnico, pero nos preocupa tambi¨¦n la capacidad y los conocimientos de los contratados", explica el portavoz de la Unmik, Kevin Kennedy, quien a?ade que se reservar¨¢n 12 empleos para trabajadores de otras etnias.

En 1990, los trabajadores albanokosovares que trabajaban en el Ayuntamiento fueron expulsados de sus puestos mediante una orden procedente de Belgrado. "Ni siquiera fueron despedidos, ya que entonces habr¨ªan tenido derecho a una compensaci¨®n o a plantear un recurso", se?ala un capit¨¢n de ingenieros encargado del acondicionamiento del edificio. "Les dijeron de un d¨ªa para otro que no pod¨ªan volver a sus trabajos", a?ade. Con la entrada de las tropas de la Kfor en Pristina, numerosos ex funcionarios p¨²blicos de origen alban¨¦s acudieron al Ayuntamiento para reintegrarse en sus puestos de trabajo. "Tuvimos que hablar con los notables albanokosovares; ellos llevaban un registro de quienes eran verdaderamente funcionarios y quienes no. A los admitidos les dimos unas identificaciones de Kfor", indica el sargento Byron.

Entre los 80 albanokosovares que retornaron al Ayuntamiento el lunes hab¨ªa 30 de los expulsados en 1990. All¨ª se encontraron con los 60 serbios contratados por la ONU, muchos de ellos antiguos empleados. "Fue emocionante", se?ala el militar brit¨¢nico, "muchos de ellos eran amigos; afortunadamente, los albanokosovares son conscientes de que no han sido sus antiguos compa?eros los que les han causado da?o".

"Las cosas no ser¨¢n ni como en 1990 [expulsi¨®n de los albanokosovares de sus empleos] ni como en marzo de 1999 [represi¨®n de la polic¨ªa serbia]", declar¨® Carter durante la apertura de lo que constituye la primera administraci¨®n local puesta en marcha en Kosovo desde el final de los bombardeos. "Debemos trabajar para crear un nuevo orden", subray¨® el administrador especial. Y trabajo no les va a faltar: decenas de personas se han dirigido desde hace un mes al edificio para tratar de arreglar sus papeles en un intento por regresar a la normalidad lo antes posible. Nacimientos, defunciones, cambios de domicilio y apertura de negocios son algunos de los asuntos que los vecinos de Pristina quieren resolver ante los registros municipales. "Incluso los hay que vienen y dicen: "Quiero pagar mis impuestos", se?ala estupefacto el capit¨¢n Byron.

Uno de los hechos m¨¢s sorprendentes es que no ha sido necesaria una administraci¨®n organizada para conseguir que muchos de los servicios municipales se hayan puesto en marcha, gracias a la responsabilidad de sus empleados. Es el caso de las l¨ªneas de autobuses: funcionan tanto las del interior de la capital como las de los pueblos.

El fluido el¨¦ctrico y el alumbrado nocturno comienzan a recuperar su servicio con relativa normalidad. Multitud de comercios est¨¢n reabriendo sus puertas, eso s¨ª con un sospechoso cambio de due?o, de letrero y de actividad. No es extra?o, por tanto, encontrar un bar en lo que antes era una tienda de ropa infantil o una tienda de alimentaci¨®n (en su mayor¨ªa dedicadas a la venta de botellas y latas) debajo de un r¨®tulo en cir¨ªlico que reza: art¨ªculos deportivos.