Enferma en la Ant¨¢rtida

No se conoce su nombre: ella lo ha preferido as¨ª. Tiene 47 a?os y hace un mes se descubri¨® un bulto en el pecho. Actu¨® r¨¢pido, porque es m¨¦dica. El problema es que no puede tratarse como debiera, porque se encuentra aislada del mundo, rodeada de hielo, a m¨¢s de 5.000 kil¨®metros de distancia, en compa?¨ªa de las 40 personas que componen la Estaci¨®n Amundsen-Scott, en la Ant¨¢rtida, patrocinada por la la Fundaci¨®n Nacional de la Ciencia de EE UU. El domingo, un avi¨®n C-141 de las Fuerzas A¨¦reas estadounidenses logr¨® dejar caer seis contenedores con casi 1.000 kilos de material cient¨ªfico y diferentes clases de ayuda, adem¨¢s de fruta y verdura. La Ant¨¢rtida se encuentra en pleno invierno, con temperaturas medias en la base de 50? y 60? bajo cero, hielo permanente y oscuridad absoluta. Es imposible aterrizar entre febrero y octubre. Teniendo en cuenta las dificultades de la operaci¨®n, la maniobra fue un ¨¦xito.

En el lanzamiento con paraca¨ªdas, efectuado desde unos 215 metros de altitud, s¨®lo se rompi¨® un aparato de ultrasonidos, que hubiera proporcionado im¨¢genes detalladas del bulto. "?til, pero no esencial", seg¨²n Rita Colwell, directora de la Fundaci¨®n, que ha declarado a The Washington Post que los equipos y las medicinas "permitir¨¢n hacer posteriores diagn¨®sticos y llevar adelante el tratamiento m¨¢s adecuado".

En la carga llegada en paraca¨ªdas se incluyen medicinas que cubren diferentes tipos de tratamiento, un microscopio digital y un potente equipo de telecomunicaciones que permitir¨¢ a la paciente ser examinada por m¨¦dicos desde EE UU "inmediatamente y en tiempo real", indica Karl Erb, director de Programas Polares de la Fundaci¨®n Nacional de la Ciencia.

El equipo garantiza tambi¨¦n la transmisi¨®n digital de datos de las pruebas que se hagan a los m¨¦dicos del Instituto Nacional del C¨¢ncer que est¨¢n ocup¨¢ndose del caso. Adem¨¢s de los doctores directamente implicados, el asunto ha atra¨ªdo la atenci¨®n de toda la comunidad m¨¦dica, y numerosos expertos en tratamientos cancerosos est¨¢n enviando sus opiniones a la base polar Amundsen-Scott a trav¨¦s de Internet.

Despu¨¦s de someterse a un examen de rayos X y a una mamograf¨ªa de rutina y descubrir que ten¨ªa un bulto en el pecho, la doctora se hizo una biopsia, aunque no hay detalles del procedimiento. Acogi¨¦ndose de nuevo "a la intimidad que ella desea" (que ha sido violada en parte por el servicio de noticias en Internet Science Now, que depende de la revista Science, al descubrir que es la ¨²nica m¨¦dica de la base) no se ha revelado el resultado de la biopsia, pero, seg¨²n Colwell, "podr¨ªa ser un quiste benigno, aunque estamos tomando todas las precauciones".

Por el momento, los detalles son escasos, y s¨®lo se sabe que "la paciente y sus m¨¦dicos han tomado decisiones sobre las medicinas del tratamiento que consideran apropiado para mantener mejor su estado de salud". En principio, la situaci¨®n no es de vida o muerte, con lo que el objetivo es mantener ese tratamiento hasta la evacuaci¨®n de la doctora, que podr¨ªa producirse a finales de octubre o en noviembre. A¨²n en el caso de que el tumor no fuera benigno, la mujer podr¨ªa comenzar a recibir quimioterapia y operarse despu¨¦s, sin descartar otras posibilidades, como un tratamiento hormonal.

El nombre de la estaci¨®n polar recuerda la gesta del noruego Amundsen, el primero que lleg¨® a la Ant¨¢rtida, el 14 de diciembre de 1911, y la desgracia del brit¨¢nico Robert Scott, que lleg¨® un mes m¨¢s tarde, el 18 de enero, y que sufri¨® una dram¨¢tica retirada que se sald¨® con la muerte del equipo.

En la Amunsend-Scott hay dos turnos. En los meses de verano, entre noviembre y febrero, cuando est¨¢ abierta la pista de aterrizaje y es f¨¢cil el acceso a la base, pueden encontrarse all¨ª hasta 200 personas, entre cient¨ªficos y trabajadores. Ahora, en invierno, la plantilla se limita a 41 personas: ocho cient¨ªficos, diecinueve expertos en diferentes campos y otros catorce trabajadores.