Segundas partes
Resulta extra?o que despu¨¦s de haber participado intensamente en la campa?a electoral del 13-J, el presidente del Gobierno brillara por su ausencia en los d¨ªas inmediatamente posteriores a dicha fecha. Mientras que los ciudadanos fuimos conociendo la interpretaci¨®n que de los resultados electorales hac¨ªan los dirigentes pol¨ªticos de los distintos partidos, nada sab¨ªamos de la interpretaci¨®n de dichos resultados por Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. Hasta su intervenci¨®n, el pasado mi¨¦rcoles, ante el ¨®rgano de direcci¨®n nacional de su partido, no hemos dispuesto de una interpretaci¨®n directa del 13-J por el presidente del Gobierno de la naci¨®n. En realidad, el an¨¢lisis del jefe del Ejecutivo no ha sido una interpretaci¨®n del 13-J sino del 14-J, es decir, de las consecuencias pol¨ªticas que se han extra¨ªdo de los resultados electorales. Y no ha sido propiamente una interpretaci¨®n, sino una diatriba. La irritaci¨®n afloraba por todas partes y el dibujo de la situaci¨®n pol¨ªtica no pod¨ªa ser m¨¢s maniqueo: El Partido Popular es un partido digno, territorialmente coherente y honesto, que no est¨¢ dispuesto a pagar cualquier precio por ocupar el poder, mientras que al PSOE le ocurre todo lo contrario.
Obviamente, el presidente del Gobierno est¨¢ en su derecho de interpretar los resultados electorales y los pactos poselectorales como mejor le parezca y como ¨¦l entienda que m¨¢s le conviene. Es posible que sus asesores le hayan aconsejado que se pronuncie como si fuera un tertuliano de la COPE o un columnista del diario El Mundo o de Abc. A lo mejor ha pensado que el estado de des¨¢nimo en que se encuentra su partido exig¨ªa una arenga de ese tipo.
Comprendo que la situaci¨®n en que se encuentra el PP a los no s¨¦ cu¨¢ntos a?os de "viajar al centro" y a los tres de haber llegado al Gobierno lo tiene que tener perplejo. ?C¨®mo es posible que el Partido Popular, siendo el Gobierno de la naci¨®n, no sea el centro de nada? Si es el centro, ?c¨®mo es posible que repela en lugar de atraer? ?C¨®mo es posible que nadie quiera girar en torno a ¨¢l? ?C¨®mo es posible que una formaci¨®n como el Partido Socialista, que ha pasado por una crisis tan traum¨¢tica y que ha perdido el poder, sea considerado por los dem¨¢s partidos como el centro, como el punto de referencia para la gobernabilidad de municipios, provincias y comunidades aut¨®nomas? ?Es un anticipo lo que est¨¢ pasando ahora de lo que va a ocurrir en el futuro?
Estos son interrogantes objetivos. Son los que real y efectivamente plantean los resultados del 13 de junio y su interpretaci¨®n pol¨ªtica posterior a trav¨¦s de los pactos de gobierno. El Partido Popular, como el coronel de la novela de Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, se ha quedado sin nadie que le escriba. Con haberlos visto tres a?os gobernando ha sido suficiente para que nadie quiera tener nada que ver con ellos. Esto es lo que traducen los pactos, que todos son distintos, pero que todos coinciden en lo mismo: con el Partido Popular a ninguna parte. ?Es que pueden no tener nada que ver todos estos pactos poselectorales con lo que piensan los ciudadanos?
El presidente del Gobierno est¨¢ en su derecho a pensar que no tienen nada que ver y que se trata de una "traici¨®n" a la voluntad expresada por el cuerpo electoral. Es evidente que no se encuentra solo. La radio-televisi¨®n p¨²blica, la radio-televisi¨®n de Telef¨®nica, las cadenas de televisi¨®n auton¨®micas en las comunidades gobernadas por los populares, los diarios "oficiosos"... Todos est¨¢n empe?ados en una campa?a en esa direcci¨®n. Volvemos, pues, a las andadas. De una manera distinta a como se hizo entre 1993 y 1996, pero parecida. Da la impresi¨®n de que ni el Partido Popular sabe hacer pol¨ªtica ni los medios que controla o que le son afines saben hacer informaci¨®n de otra manera. Pero ya se sabe que segundas partes...
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