Un a?o despu¨¦s de Roma
Hace ahora un a?o, el 17 de julio de 1998, se abr¨ªa a la firma en Roma el laboriosamente negociado Estatuto de la Corte Penal Internacional (CPI), que, cuando entre en vigor, supondr¨¢ un cambio en profundidad en el derecho internacional humanitario. De momento s¨®lo lo han ratificado cuatro pa¨ªses, significativamente de tres continentes diferentes: Senegal, Trinidad y Tobago y San Marino, mientras que Italia se ha convertido en el primero de la Uni¨®n Europea en completar, por unanimidad, el procedimiento parlamentario de ratificaci¨®n. Francia, por su parte, y por abrumadora mayor¨ªa de sus diputados y senadores reunidos en sesi¨®n conjunta, ha aprobado ya la necesaria reforma de la Constituci¨®n para poder proceder a la ratificaci¨®n del Estatuto, y que de hecho supone la constitucionalizaci¨®n del mismo. Pues para Francia este texto planteaba problemas de ¨ªndole constitucional respecto a la inviolabilidad del jefe del Estado, a la inmunidad de sus ministros y parlamentarios y a cuestiones relativas a la posible actuaci¨®n del fiscal en territorio franc¨¦s. Problemas no id¨¦nticos, pero s¨ª similares, pueden plantearse para la ratificaci¨®n del Estatuto por Espa?a, respecto a la cual el Consejo de Estado est¨¢ elaborando el preceptivo dictamen. Mientras, se ha creado en Espa?a una Plataforma de ONG que ha pedido la pronta ratificaci¨®n de este texto. El a?o desde la firma, justamente el del 50? aniversario de la Declaraci¨®n Universal de los Derechos Humanos y del Convenio Internacional para la Prevenci¨®n del Genocidio, no ha pasado en balde, aunque para que entre en vigor el Estatuto de la CPI, 60 Estados tendr¨¢n que haber ratificado este texto aprobado en Roma por 120 votos a favor (todos los pa¨ªses de la UE, y en general, de toda Europa, incluida Rusia, muchos africanos, latinoamericanos y asi¨¢ticos), 20 abstenciones y siete en contra, entre los que se cuentan Estados Unidos y China -miembros permanentes, con derecho a veto, del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas-, Israel, India o Sri Lanka.
En principio, sin car¨¢cter retroactivo, la CPI podr¨ªa echar a andar antes de lo inicialmente previsto, pues si un Tratado con condiciones de ratificaci¨®n similares como la Convenci¨®n del Derecho del Mar tard¨® 12 a?os, el de la Prohibici¨®n de Armas Qu¨ªmicas tan s¨®lo tom¨® dos. No obstante, es previsible que pasen cinco o diez a?os m¨¢s antes de que puedan empezar los primeros juicios por los cuatro tipos de cr¨ªmenes contemplados: de guerra, genocidio, lesa humanidad o actos de agresi¨®n. Incluye la novedad de los cr¨ªmenes de guerra cometidos durante conflictos armados no internacionales, que son la mayor¨ªa, y figuras entre los cr¨ªmenes de guerra como la violaci¨®n o la esclavitud sexual. A este Tribunal, cuya sede se establecer¨¢ en La Haya, podr¨¢n acudir: cualquier Estado parte contra una persona de otro Estado parte; el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas con car¨¢cter universal, o el fiscal de Tribunal siempre que ratifique su demanda la futura Sala de Cuestiones Preliminares.
Actualmente se est¨¢n negociando, con el objetivo de intentar completarlos de aqu¨ª a junio del 2000, dos documentos de desarrollo del Estatuto, que resultar¨¢n esenciales. Por una parte, las reglas de procedimientos y pruebas, que equivalen a un reglamento y que toman como precedentes los textos ya existentes de los tribunales internacionales penales ad hoc para Ruanda y la antigua Yugoslavia. Por otro, los llamados Elementos de los Cr¨ªmenes, un an¨¢lisis de cada uno de los tipos de delitos y de las 66 figuras delictivas que conllevan, en sus dos terceras partes referidas a los cr¨ªmenes de guerra, lo que explica que est¨¦n ¨ªntimamente involucrados los servicios jur¨ªdicos de los ministerios de Defensa de los pa¨ªses concernidos. De hecho, estos Elementos han sido una idea de EE UU, que, a pesar de no haber firmado el Estatuto, colabora en estos trabajos, lo cual es importante, aunque a nadie se le esconde que sea tambi¨¦n una manera de controlarlos e incluso de frenarlos. Dentro de la Admnistraci¨®n de Washington, ha sido el Pent¨¢gono el m¨¢s reacio a la creaci¨®n de una CPI para no pillarse las manos
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