Multas
JUANJO GARC?A DEL MORAL En este pa¨ªs parece que todo se arregla con multas. Las diferentes administraciones muestran una enorme afici¨®n por ese m¨¦todo de recaudaci¨®n de fondos, aunque bien es verdad que los resultados que obtienen son muy dispares. As¨ª como las multas por aparcamiento indebido en la ciudad parece que no reportan cantidades importantes a las arcas municipales -no as¨ª a las empresas que gestionan sistemas como el de la ORA, que anulan graciosamente las sanciones a cambio de pagar una cantidad equivalente a varias horas de estacionamiento- de las de tr¨¢fico, esas que impone la Guardia Civil en carreteras y autopistas, se escapan muy pocos. Al final, y al margen de su mayor o menor ¨¦xito recaudatorio, parece que con las multas s¨®lo se pretende amedrentar al ciudadano. Y es verdad que en muchas ocasiones las sanciones, o al menos la amenaza de imponerlas, se demuestran como la mejor manera para conseguir el cumplimiento de la norma. Esta voracidad sancionadora ha tenido su respuesta en la aparici¨®n de numerosas empresas que ofrecen sus servicios para recurrir las multas, a veces buscando lagunas jur¨ªdicas y en ocasiones recurriendo a triqui?uelas tales como la presentaci¨®n de los correspondientes recursos en provincias muy lejanas del lugar en el que se produjo la denuncia. Y es que esa voracidad lleva muchas veces a actuar de manera algo injusta. Ejemplo muy reciente lo tenemos en la entrada en vigor, este mes, de la obligatoriedad de que todas las embarcaciones de recreo contraten un seguro de responsabilidad civil, algo con lo que muchos propietarios ya cumpl¨ªan por propia iniciativa, por sentido com¨²n. Pues bien, desde el primer d¨ªa, y sin moratoria que valga, la Administraci¨®n ha empezado a sancionar a todos aquellos que salen con su barquita sin el correspondiente seguro. Dentro de unos d¨ªas entrar¨¢ en vigor la normativa que obliga a todos los coches a llevar dos tri¨¢ngulos de se?alizaci¨®n. Si, como en el caso de las barcas, desde el primer d¨ªa la Guardia Civil empieza a poner multas a todos aquellos que no los lleven, la Administraci¨®n se va a forrar. Y no es eso.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.