La devoluci¨®n de un tesoro perdido
Zarskoie Selo, la localidad de veraneo de los zares de Rusia en las afueras de San Petersburgo, tendr¨¢ de nuevo una C¨¢mara de ?mbar, a imagen y semejanza de la original, un tesoro art¨ªstico del siglo XVIII que fue saqueado por las tropas alemanas durante la II Guerra Mundial y desapareci¨® tras la contienda. Objeto de numerosas leyendas, el paradero de la C¨¢mara de ?mbar sigue siendo un misterio hasta hoy.La historia de esta obra de arte comenz¨® en 1701, cuando el rey de Prusia Federico I encarg¨® el recinto para su castillo de Charlottenburg. En 1716, su sucesor, Federico Guillermo I, el rey soldado, la regal¨® a Pedro I, para ganarse su simpat¨ªa en contra de los suecos. La hija de ¨¦ste, Elisabeth, la instal¨®, ampliada, en el Palacio de Verano de Zarskoie Selo. Hasta que fue expoliada por los nazis, momento en el que se pierde su pista.
Desde hace quince a?os, los restauradores rusos trabajan para reproducir la joya. La labor paciente de los especialistas, que avanza o se demora seg¨²n el estado de las finanzas de la administraci¨®n cultural en Rusia, recibir¨¢ ahora un impulso gracias a Ruhrgas, la mayor empresa de gas de Alemania.
En su sede de Essen, los directivos de esta compa?¨ªa, que desde el a?o pasado es accionista de Gazprom, el monopolio del gas ruso, anunciaron ayer que van a invertir 3,5 millones de d¨®lares (casi 600 millones de pesetas) en la restauraci¨®n de la C¨¢mara de ?mbar para que ¨¦sta quede acabada en el a?o 2003, coincidiendo con el 300 aniversario de la fundaci¨®n de San Petersburgo por Pedro I.
"La reconstrucci¨®n de la C¨¢mara de ?mbar es un gran acontecimiento para la cultura de Rusia y para la cultura del mundo, ya que refleja m¨¢s que ninguna otra obra de arte los vaivenes de las relaciones entre Rusia y Alemania", manifest¨® ayer Wolfgang Eichwede, director del Centro de Investigaci¨®n de Europa del Este en la Universidad de Bremen, con motivo de la firma en Essen del acuerdo entre Ruhrgas, el Ministerio de Cultura de Rusia y el museo de Zarskoe Selo. Que se sepa, es la primera vez que un consorcio alem¨¢n act¨²a como patrocinador exclusivo para la reconstrucci¨®n de una obra de arte destruida por las tropas de Hitler.
La iniciativa se inscribe en un intento de crear precedentes de buena voluntad que, a la larga, posibiliten el retorno de las obras de arte alemanas que hoy se encuentran en Rusia.
A consecuencia de la invasi¨®n nazi en 1941, Rusia y las rep¨²blicas occidentales de la URSS perdieron numerosos monumentos culturales. Al t¨¦rmino de la guerra, las tropas sovi¨¦ticas expoliaron, a su vez, los museos alemanes y su bot¨ªn permaneci¨® oculto durante d¨¦cadas en los museos sovi¨¦ticos. La Duma Estatal de Rusia se opone a su devoluci¨®n y las sensibilidades rusas no permiten hoy pensar en una pronta restituci¨®n de aquellas obras de arte.
En la C¨¢mara de ?mbar se han gastado ya m¨¢s de 7,7 millones de d¨®lares (m¨¢s de 1.200 millones de pesetas), seg¨²n manifest¨® Bor¨ªs Igd¨¢lov, uno de los miembros del equipo de treinta restauradores que reconstruyen el monumento. Aparte de los paneles de ¨¢mbar, ¨¦ste consta de trabajos de mamposter¨ªa, espejos, mosaicos y parqu¨¦ de maderas nobles. Hasta ahora, seg¨²n Igd¨¢lov, se han resuelto 34,88 metros cuadrados de panel de ¨¢mbar y quedan por hacer 36,71 m¨¢s. Y para ello se requieren 4,5 toneladas de resina f¨®sil.
Su suministro correr¨¢ a cargo de una empresa de Kaliningrado (el enclave ruso en el B¨¢ltico) que explota los mismos yacimientos de donde, en el siglo XVIII, se extrajo la materia prima original, cuando el territorio era Prusia Oriental.
En noviembre de 1941, un equipo especial de la Wehrmacht desmont¨® los paneles y los envi¨®, en 27 cajas, a la ciudad de K?nigsberg (hoy Kaliningrado y antes capital de Prusia Oriental). All¨ª, el tesoro estuvo expuesto hasta noviembre de 1944, cuando, ante la proximidad de las tropas sovi¨¦ticas, los alemanes lo reempaquetaron para trasladarlo a Sajonia. El rastro se pierde aqu¨ª. Las teor¨ªas e hip¨®tesis sobre el paradero -que incluyen tambi¨¦n el naufragio y el incendio- indican que el tesoro podr¨ªa estar en 130 lugares distintos, desde una caja fuerte norteamericana a un escondrijo secreto en Alemania o en Rusia. Uno de los cuatro mosaicos de Florencia de la C¨¢mara reapareci¨® hace poco en la ciudad alemana de Bremen, justo cuando los restauradores ya lo hab¨ªan reproducido. Sea como fuere, lo cierto es que la obra original, de llegar a ser encontrada, con dificultad podr¨ªa ser reconstruida. Ya en los a?os treinta estaba en mal estado y, de no haber mediado la guerra, hubiera sido restaurada en 1941. Precisamente gracias a las fotograf¨ªas en color que se hicieron para aquel fin frustrado se puede hoy reproducir el modelo original. "La tecnolog¨ªa del trabajo con ¨¢mbar, sin embargo, ha habido que aprenderla de nuevo", seg¨²n confes¨® Igd¨¢lov.
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