Fiesta espa?ola en los Pirineos
El mayor triunfo de Escart¨ªn coincidi¨® con el protagonismo constante de los corredores espa?oles en la etapa
Don Salvador Escart¨ªn, de Biescas, carpintero, tiene a su espalda un gigantesco Fernando Escart¨ªn, de Biescas, ciclista. Mide, por lo menos, 10 metros de ancho y casi cinco de alto. Es una pantalla gigante. Est¨¢ instalada en la meta de Piau Engaly. Un corredor solo, m¨¢scara de sufrimiento, rictus de dolor, doblado y retorcido sobre tres tubos y dos ruedas. No hay m¨¢s imagen.No hay mayor motivo de felicidad, quiz¨¢s no lo haya nunca, para don Salvador Escart¨ªn, de Biescas (Huesca), de oficio padre de ciclista tambi¨¦n. Lo que pasa ante ¨¦l a toda velocidad, mientras espera a escasos metros de la l¨ªnea de meta a que su hijo aparezca en carne y hueso para estrujarlo y mezclar sus l¨¢grimas con el sudor del deportista, no es, en el fondo, nada extraordinario. Esa imagen, multiplicada por el estruendo de los altavoces que en franc¨¦s anuncian la inevitable victoria del "grimpeur (escalador) m¨¢s grimpeur, del prototipo de la raza de grimpeurs nacida del Tour de Francia", no es para el padre m¨¢s que el final l¨®gico de una intuici¨®n que naci¨® el d¨ªa anterior, en el hotel de Saint Gaudens donde su hijo pas¨® el d¨ªa de descanso y que le condujo a coger el coche a las seis de la ma?ana en Biescas para subir por el t¨²nel de Bielsa prontito y aparecer enseguida por el otro lado de los Pirineos all¨ª, en Piau Engaly, subiendo desde Saint Lary, en el lugar donde Fernando Escart¨ªn iba a culminar su carrera. "Me dijo que ¨¦sta era su etapa, y me lo dijo con tal mirada de seguridad, con tal convicci¨®n, que no dud¨¦ que as¨ª ser¨ªa. Y yo no me lo pod¨ªa perder".
Fernando Escart¨ªn, de la raza de los escaladores. Sin¨®nimo de sufrimiento y de dolor. Duelen sus pedaladas. Se sufre vi¨¦ndole sufrir. El ¨²ltimo hombre Tour del ciclismo espa?ol. 45? en su primer Tour, en 1992; 30? en 1993; 12? en 1994; 7? en 1995; 8? en 1996; 5? en 1997. Nunca en el podio, por ahora. Nuestro Zoetemelk. Siempre all¨ª. Siempre entre los primeros en todas las etapas de monta?a. Cuarto en Cluses 93; cuarto en Cauterets 95; sexto en Alpe d"Huez 95; tercero en Alpe d"Huez 99; s¨¦ptimo en Sestriere 96; tercero en Sestriere 99; s¨¦ptimo en Pamplona 96; octavo en Les Arcs 96; tercero en Courchevel 97; s¨¦ptimo en Loudenvielle 97; octavo en Ordino 97; tercero en Deux Alpes 98; cuarto en Albertville 98; sexto en el Plateau de Beille 98; s¨¦ptimo en Luchon 98. Nunca primero, hasta ayer. Gan¨® por fin una etapa, y de qu¨¦ forma. "Y ya tiene un pie en el tercer caj¨®n del podio". ?lvaro Pino, gallego, voz baja. "Ha sido una victoria brillante. Se la ten¨ªa merecida desde hace tanto... Por fin se ha demostrado a s¨ª mismo que era capaz de conseguirlo. Va a sacar much¨ªsima confianza de esto". Dos veces segundo en la Vuelta, Fernando Escart¨ªn, nunca hasta ayer hab¨ªa ganado una etapa en una gran ronda.
"En cuanto conoc¨ª el trazado puse una cruz en esta etapa. Me conozco todos los puertos. Es mi terreno de entrenamiento". Y de victoria. Duro en el Peyresourde, un grupillo con ¨¦l. M¨¢s duro en Val Louron. Solo hasta la meta. 40 kil¨®metros, dos subidas, una bajada, un valle. Antes, su equipo (Pascual, Pipe, Otxoa, Contreras) le abre camino. Luego ¨¦l remata. "Era la t¨¢ctica prevista. Y todo sali¨® como lo hab¨ªamos pensado", explica Pino, el director del Kelme. El ide¨®logo del Escart¨ªn que apost¨® por ¨¦l y por ser el l¨ªder del equipo. "Sab¨ªamos que nuestra ¨²nica oportunidad era atacar desde lejos, porque si no no abr¨ªamos el camino del podio".
Solo. Escart¨ªn, solo. Un espect¨¢culo. "Iba pensando en tantas veces en que no he podido ganar. Iba pensando que ¨¦sta era mi ¨²nica oportunidad. Iba pensando en dar el 100% de todo. En no dejarme nada dentro. Iba pensando que o la victoria o nada". Todo. Fernando Escart¨ªn, de 31 a?os. "Ha sido el pelda?o que le faltaba a mi carrera". En la meta suenan pasodobles. Una fiesta espa?ola. Mayor¨ªa de seguidores vascos y aragoneses en las cunetas. Y en la carretera, por delante, mayor¨ªa de corredores espa?oles. Un altoaragon¨¦s culmina la jornada, pero antes hacen la etapa Mancebo y Odriozola, Curro Garc¨ªa, Casero y ?lvaro Galdeano; Pascual, Pipe y Otxoa; Luis P¨¦rez, Etxebarria y Olano. Todos delante. O tirando o frenando. Atacando. Tendiendo celadas. Sufriendo. Sufriendo como Jos¨¦ Miguel Ech¨¢varri o Eusebio Unzue, los directores del Banesto, viendo quedarse a Z¨¹lle de repente. "Vaya susto", dicen todav¨ªa. Y han pasado casi un par de horas. "De repente vimos todo perdido, pero Z¨¹lle tiene una clase incre¨ªble, c¨®mo ha sabido reaccionar". Y sufrieron por el abandono de Beltr¨¢n, por una ca¨ªda. Pero tambi¨¦n disfrutaron viendo hacer sus primeras armas en la monta?a a Mancebo, de la provincia de ?vila como Arroyo, y como Arroyo duro, de granito. Y s¨®lo 23 a?os. "C¨®mo se ha agarrado. Ha sufrido pero ha aguantado delante". Gozando, como Javier M¨ªnguez, viendo a su Vitalicio protagonizar tambi¨¦n un trozo de etapa. Viendo a Casero, que hasta se permiti¨® el lujo de atacar en monta?a. Y viendo a Francisco Tom¨¢s Garc¨ªa, Curro, tambi¨¦n de la provincia de ?vila, como Mancebo. "Espero que M¨ªnguez tenga ya motivos para renovarme", dice Curro. "Qu¨¦ etapa m¨¢s dura". De granito.
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