Tres eurodiputados espa?oles ocupan puestos como vicepresidentes

La coloraci¨®n centroderechista de la presidencia viene matizada por la elecci¨®n de la Mesa, en la que acompa?an a Nicole Fontaine 14 vicepresidentes: seis socialistas, cinco del Partido Popular Europeo (PPE), un liberal, un verde y uno de Izquierda Unitaria. Del total, ocho son de izquierdas. Acceden tres espa?oles: el popular Alejo Vidal-Quadras; el socialista Joan Colom, y Alonso Puerta (Izquierda Unida), el ¨²nico que repite.Esta lista fue pactada por las principales fuerzas. PPE y Partido Socialista Europeo aislaron la confrontaci¨®n por la presidencia y recuperaron en otros asuntos el tradicional rodillo bipartito. Tambi¨¦n pactaron las presidencias de las comisiones parlamentarias. Tres recaen en eurodiputados espa?oles: las de Mercado Interior (Ana de Palacio, PP); Pesca (Daniel Varela, PP) e Industria (Carlos Westendorp, PSOE).

Los eurodiputados estrenaron ayer cargos, pero tambi¨¦n edificio. Por vez primera no deber¨¢n compartir el hemiciclo con el vecino Consejo de Europa. La nueva sede, que cost¨® m¨¢s de 70.000 millones de pesetas, es linda, pero inh¨¢bil para los discapacitados. Uno de ellos, el diputado centrista irland¨¦s Brian Crowley, se quej¨® amargamente de que debi¨® pasar media hora en subir un piso, pese que desde hace dos a?os advert¨ªa a los funcionarios de los problemas arquitect¨®nicos, y de que no pudo sentarse junto con los colegas de su grupo. "Odiar a otro no es el peor pecado; mostrarle indiferencia es la esencia de la inhumanidad", dijo, recordando a Georges Bernard-Shaw.

Hasta Nicole Fontaine, la flamante presidenta, expres¨® quejas. Tuvo que subir a pie nueve pisos hasta encaramarse al despacho de la presidencia, explic¨® a los periodistas al pedirles su cooperaci¨®n. Caso ins¨®lito, el director general que introdujo la rueda de prensa, le dedic¨® ditirambos sin fin y felicitaciones sin cuento en nombre de los periodistas asistentes, algo que Fontaine no necesita. Los hay pelotilleros. Otro pelota, el secretario general adjunto, la estruj¨® estrechamente entre sus brazos al ser proclamada. Y otro caso ins¨®lito, otro director general aspira a ser su jefe de gabinete sin dejar su actual puesto.