Subid¨®n

J. F?LIX MACHUCALa superproducci¨®n La manta, guionizada por Emilio Carrillo e interpretada, como primera figura del elenco, por la glamurosa rubia municipal Soledad Becerril, amenaza con ser el culebr¨®n pol¨ªtico del verano. El nudo argumental de La manta vendr¨ªa explicado por los kilos de manteca color¨¢ que, supuestamente, cobr¨® en dietas millonarias la estrella. Luego existen otras tramas secundarias, para formar un corpus ¨²nico con la subida de sueldo del alcalde Alfredo Subeybaja Monteseir¨ªn y los palpis que Almunia le propina. En teor¨ªa, este argumento mantendr¨ªa enganchada a una audiencia tan hastiada del sol sevillano como de las sombras municipales. Pero La manta no deja de ser un proyecto que nunca ver¨¢ el ciudadano. M¨¢s que un proyecto, La manta es una amenaza de proyecto, una especie de ten cuidado con lo que dices que abro el caj¨®n de los truenos y saco los papeles pringosos de las dietas millonarias. Y ¨¦se es el punto m¨¢s chocante de toda esta escandalera organizada por el subid¨®n de las n¨®minas de los concejales. ?Qu¨¦ esperamos de nuestros representantes municipales: amenazas de tirar de la manta o levantarla de una vez por todas para poder ver lo que esconde? Si existen los papeles de las dietas millonarias cobradas por Soledad ?por qu¨¦ raz¨®n se le hurtan a la ciudad? Y si existieran los papeles de calentitos y no hubiera voluntad pol¨ªtica de mostrarlos ?a qu¨¦ viene tanto vacil¨®n aire¨¢ndolos p¨²blicamente si nunca vamos a verlos? Para este viaje, don Emilio, nos da la sensaci¨®n de que ha ejercido de carrillo de mano de una desafortunada decisi¨®n, luego corregida, de su jefe de filas. Despu¨¦s de los subidones viene el baj¨®n. Ojo, don Emilio, con los bajones. Porque en plena escandalera, cuando fueron ustedes objetivos de todos los informativos nacionales, vino a deslizarse con un desagradable recurso t¨¦cnico. Tan cierto como reprobable. Me vengo a referir a ese informe que, tiempo atr¨¢s, realizara Alberto Jim¨¦nez Becerril aconsejando la subida de sueldos de los ediles. Fue un golpe bajo, posiblemente involuntario, pero que no encaja con su perfil y cabeza que pasa, y as¨ª lo creo, por ser una de las mejores acondicionadas del Ayuntamiento. Dejemos en paz a los que en paz est¨¢n, porque para vivos ya tenemos un manojo en la Casa Grande...