Banesto se venga del pasaje del Gois
Emboscada del equipo de Z¨¹lle que le permite asegurarse la general por equipos ante el ONCE
![Luis G¨®mez](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F2ce46456-ac54-4700-96db-0b8f394a4fda.jpg?auth=77002eb2305650451646ff522b8a51b014f7c806758a28329fafa3c3944a40f6&width=100&height=100&smart=true)
Ten¨ªan Banesto y ONCE una cuenta pendiente para hoy a costa de la general por equipos. Conservaban, probablemente, algunas otras cosas m¨¢s en la rec¨¢mara, que no era el momento de reeditar viejas pol¨¦micas. Guardaban ambos la compostura puertas afuera, aun cuando en sus est¨®magos hormigueara la cercan¨ªa de un ¨²ltimo cara a cara: tres contra tres en la contrarreloj de hoy, con el liderato en juego. Los duelos Banesto y ONCE tienen ya diez a?os de antig¨¹edad, tienen enjundia, son una reedici¨®n de otros duelos deportivos en suelo nacional. Son las dos Espa?as de alguna manera. Son el Madrid y el Bar?a cicl¨ªsticamente hablando: se odian pero se necesitan y el ciclismo espa?ol gana con el duelo. La cita para hoy tuvo, sin embargo, un aplazamiento imprevisto, fuera de agenda: para ti el pasaje del Gois, para m¨ª la cota de Pamproux. Banesto hizo la trampa y puso a dos corredores en una escapada de 13, que oblig¨® al ONCE a un reclutamiento universal. La caza de 50 kil¨®metros fue in¨²til y dio lustre a una etapa destinada a la marginalidad. El resultado final consolida casi el liderato del Banesto en la general por equipos.Andaban los corredores perezosos en la l¨ªnea de salida, con mucha gana de hablar y poca de montarse en bicicleta. Andaba Txente Garc¨ªa Acosta entre bromas cuando son¨® la campana que anunciaba la proximidad de la salida. "Qu¨¦ poca gana tengo hoy de andar en bici", murmuraba como un lamento mientras pon¨ªa pie a los pedales. En animada charla andaban los del ONCE, disfrutando de la resaca de los ¨¦xitos de Etxebarr¨ªa. Buen tiempo. Sol. Risas de ocasi¨®n. Y una idea en la cabeza: el s¨¢bado nos vemos las caras.
Pero he aqu¨ª que a los Banesto les rondaba una duda razonable, su clara inferioridad en la contrarreloj de hoy con s¨®lo seis minutos de ventaja. Les martilleaba tambi¨¦n el recuerdo del pasaje del Gois (segunda etapa, todo el Banesto a 6.03 minutos de los favoritos por obra y gracia del ONCE) y lo que les ha costado enderezar la situaci¨®n. S¨®lo as¨ª se explica lo atentos que estuvieron ayer, la fina estrategia que utilizaron para golpear en un descuido y darse una satisfacci¨®n. Mucha paciencia, mucha cara de p¨®ker, una cota de cuarta y z¨¢s, una emboscada de libro.
Estaba el pelot¨®n nervioso sin permitir una fuga en toda regla. Andaban controlando el pelot¨®n toda suerte de equipos con ocultos intereses, cuando a la cota de Pamproux, que as¨ª se llama el paraje, se llegaba r¨¢pido y con un franc¨¦s (Frederic Bessy) en solitario, perdido 20 segundos por delante. La cota, una cuesta en t¨¦rminos vulgares, provoc¨® la acostumbrada catarata de saltos, que m¨¢s parece una diversi¨®n de los ciclistas que una llamada a rebato. Producto de los saltos se juntaron 13 corredores, que miraron para atr¨¢s y vieron que se abr¨ªa distancia. Cinco de ellos franceses. Dos eran de Banesto. La meta a 50 kil¨®metros: peligro para el ONCE.
La reacci¨®n se hizo esperar porque pasa su tiempo hasta que identifican a los agresores, pero cabe imaginarse a Manolo Saiz reclutando a sus muchachos en cuanto le llegaran las malas noticias. Cabe suponer el volumen de su voz por los auriculares, cabe entender sus nervios para ganarse algunos aliados, sus gestos, su mala leche. Manolo en acci¨®n y el ONCE en fila india despleg¨¢ndose ordenadamente. M¨¢s de uno pensar¨ªa que los espa?oles se han vuelto locos a estas alturas de carrera.
La desgracia de Manolo fue que no encontr¨® ayuda. Los 13 escapados sumaban 11 equipos, por lo que le quedaban 9 para negociar, pero a esos 9 poco parec¨ªa importarles el asunto. Como si lo hubiera organizado el diablo con cara de Eusebio Unzue. Los Mapei colaboraron un rato, pero por puro compromiso: lo cierto es que las victorias de Steels han saciado su apetito; los Telekom ten¨ªan a un escapado, as¨ª que a otra cosa. La proclama de Manolo no tuvo efecto, pero no desisti¨® de la pelea, que fue desigual (13 adelante bien coordinados frente a siete u ocho del ONCE atr¨¢s) y determin¨® la diferencia final. Diferencia que permite a Banesto dar por sentenciado a su favor la general por equipos.
Luego llegar¨¢n las interpretaciones, alguna fina iron¨ªa de un lado a otro, alg¨²n comentario fuera de lugar. ONCE y Banesto han hecho sus m¨¦ritos en este Tour, pero tambi¨¦n se han tocado la cara. Nada nuevo. Inevitable por otro lado: est¨¢n destinados a enemistarse. Tardaremos poco en asistir al pr¨®ximo cap¨ªtulo.
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