Restaurar un ta?ido doloroso
Sonaba lastimero y achacoso el ta?ido de las campanas de la Catedral del Buen Pastor de San Sebasti¨¢n, c¨®mo si no despu¨¦s de sus cien a?os de vida redoblando en v¨ªsperas de guardar, anunciando el Angelus, tocando a difuntos y antes de una misa mayor, sea ¨¦sta episcopal o parroquial. El bronce de su cuerpo ha perdido robustez y las heridas del tiempo han mutilado de tal manera su perfecta redondez que el sonido produce disonancias. Una gigantesca copa invertida de 125 cent¨ªmetros de di¨¢metro en la base y 109 cent¨ªmetros de altura, que pesa 1.131 kilos, fue descendida ayer del campanario para someterla a un proceso de restauraci¨®n urgente. Un taller especializado de una localidad pr¨®xima a Nantes (Francia) est¨¢ esperando la campana para repararle los da?os. Un pedazo de unos 30 cent¨ªmetros se desgaj¨® no se sabe cu¨¢ndo y sali¨® despedido al vac¨ªo. Con esta dolorosa amputaci¨®n ha convivido hasta hace poco, exactamente hasta que la parroquia del Buen Pastor -fundada en 1897- ha reunido los recursos econ¨®micos suficientes para restablecer la campana y recuperarle su vitalidad original. El p¨¢rroco Bartolom¨¦ Auzmendi vigilaba ayer con atenci¨®n la maniobra del descenso, a la vez que imaginaba su nuevo porte cuando est¨¦ soldada y lista a mediados de septiembre. "El 1 de octubre de este a?o", comenta el sacerdote, "se cumplir¨¢n cien a?os desde que fueron volteadas por primera vez las campanas de esta iglesia. Estuvieron repicando durante las 24 horas del d¨ªa, y por eso queremos conmemorar el aniversario con un concierto sinf¨®nico y arm¨®nico". La operaci¨®n, que incluye tambi¨¦n la reparaci¨®n en Santander de otra campana de 145 kilos (Santa Cecilia), costar¨¢ cinco millones de pesetas, una suma que procede de las colectas dominicales y las aportaciones voluntarias de la feligres¨ªa desde 1995. La campana en cuesti¨®n se llama Ayuntamiento, y no es casual su bautismo, pues fue un legado del consistorio de San Sebasti¨¢n, cuyo nombre figura inscrito en la panza, al lado del escudo de la ciudad, de la imagen del Buen Pastor y de una custodia religiosa. En adelante, explica Bartolom¨¦ Auzmendi, las campanas del Buen Pastor no volver¨¢n a voltear, quedar¨¢n fijas sobre un eje porque "comporta un riesgo para la estructura de la torre por efecto de la trepidaci¨®n y, adem¨¢s, peligrar¨ªa la integridad f¨ªsica de los numerosos paseantes de la plaza si alg¨²n d¨ªa se desprende un badajo". La soluci¨®n consistir¨¢ en simular el volteo mediante los golpeos de un martillo el¨¦ctrico que percutir¨¢ al ritmo deseado. Del preciado carill¨®n del templo donostiarra, compuesto por diez piezas en total, a¨²n cuelga una campana m¨¢s soberbia. ?sta es Diputaci¨®n, pesa 1.589 kilos y fue donada, tambi¨¦n en 1899, por la entidad foral de Guip¨²zcoa. Todav¨ªa no requiere pasar por el quir¨®fano, porque su ¨²nica funci¨®n es tocar las horas y por ello el castigo recibido ha sido tan machac¨®n.
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