Marruecos debe esperar al final del luto para conocer las primeras decisiones del nuevo rey
Marruecos entr¨® ayer en cuarentena pol¨ªtica a la espera de que concluyan, a principios de septiembre, los 40 d¨ªas de luto oficial. Ser¨¢ entonces cuando se celebren los solemnes actos de entronizaci¨®n de Mohamed VI y ¨¦ste pueda ejercer plenamente su funci¨®n de rey en un pa¨ªs en el que la Constituci¨®n de 1996 le otorga un poder casi absoluto. Es necesario que el monarca adopte medidas, sobre todo de ¨ªndole social, para desactivar el descontento existente y evitar que degenere en protestas. Durante estos 40 d¨ªas de luto oficial, la vida institucional quedar¨¢ suspendida, no as¨ª la econ¨®mica.
Antes del fallecimiento de Hassan II era detectable un cierto malestar, visible en las protestas pac¨ªficas de licenciados en las calles de Rabat y de otras ciudades. Cerca de un cuarto de mill¨®n de j¨®venes con formaci¨®n universitaria no encuentran un puesto de trabajo y a ellos se a?adir¨¢n este verano otros 10.000 que regresar¨¢n al pa¨ªs tras concluir sus estudios en el extranjero. El n¨²mero de parados es de 1,15 millones, el 21,4% de la poblaci¨®n activa urbana. Tambi¨¦n las capas m¨¢s modestas de la sociedad sufren penalidades. A pesar de los 70 grandes pantanos construidos en los ¨²ltimos a?os, la sequ¨ªa est¨¢ provocando un nuevo ¨¦xodo rural de campesinos -que representan el 48% de la poblaci¨®n-, que acabar¨¢n incrust¨¢ndose en los barrios de chabolas de las ciudades. El peso de la agricultura en la econom¨ªa marroqu¨ª es tal que esta calamidad natural va a reducir casi al 0,2% el crecimiento del producto interior bruto del pa¨ªs. En 1998 fue del 6,5% sin sequ¨ªa.
En el ¨ªndice de desarrollo humano de Naciones Unidas, Marruecos figura a la cola, superado por sus vecinos Argelia o T¨²nez, cuyas rentas per c¨¢pita son superiores a los 1.260 d¨®lares anuales de la marroqu¨ª.
La llegada a la jefatura del Gobierno de Marruecos de un socialista, Aberram¨¢n Yusufi, en febrero de 1998, y el arranque de la llamada transici¨®n gener¨® muchas esperanzas de mejor¨ªa entre la poblaci¨®n, que hasta ahora no han sido colmadas. La entronizaci¨®n de un nuevo rey al que se le atribuye un especial sensibilidad por los asuntos sociales relanzar¨¢ la ilusi¨®n colectiva.
"Si no se satisfacen, en cierta medida, sus aspiraciones se generar¨¢ una gran frustraci¨®n que, a su vez, puede acabar provocando disturbios", advierte un alto funcionario comprometido con las reformas pero que se declara decepcionado por los pocos logros conseguidos por Yusufi en sus 16 meses de Gobierno. "Hay que dar r¨¢pidamente un impulso a las reformas", insiste.
Contentar, aunque s¨®lo sea un poco, a los marroqu¨ªes, es una tarea compleja. El presupuesto nacional est¨¢ lastrado por los sueldos de una Administraci¨®n sobredimensionada (700.000 funcionarios), que absorben cerca de la mitad del gasto p¨²blico. El reembolso de la deuda externa, que se eleva a 22.000 millones de d¨®lares (371.000 millones de pesetas), supone otro 33%. El margen que queda para inversiones o pol¨ªticas sociales es escaso. Aun as¨ª, rascando las arcas del Estado, el Ejecutivo ha aprobado 56.600 millones para las zonas rurales m¨¢s afectadas por la sequ¨ªa.
La creaci¨®n de empleo pasa necesariamente por atraer inversi¨®n extranjera. Marruecos lo est¨¢ haciendo y desde los gigantes como Endesa y Telef¨®nica hasta los peque?os como Gonvarri o Profil Metal, las empresas espa?olas tienen cada vez mayor presencia al otro lado del Estrecho.
El problema es invertir
Instalarse en Marruecos conlleva, sin embargo, hacer frente a dos problemas que, si hubiesen sido resueltos, convertir¨ªan al reino en un destino m¨¢s atractivo para el capital extranjero. El primero es, se?alaba un informe de la secretar¨ªa de Estado de Comercio espa?ola, la lentitud de los tr¨¢mites, la falta de transparencia que padecen los operadores econ¨®micos, "particularmente en lo que se refiere a las gestiones administrativas de aduanas y fiscales". El documento de Comercio es de hace un a?o, cuando Yusufi acababa de coger las riendas del Gobierno, "pero desde entonces la situaci¨®n no ha mejorado nada", se lamenta un diplom¨¢tico espa?ol. "Hay todav¨ªa", se?alaba ayer el diario L"Economiste, "tab¨²es y resistencias por romper". El deficiente funcionamiento de la justicia es la segunda raz¨®n que disuade a algunos empresarios de invertir en Marruecos. Los juzgados trabajan muy lentamente y los magistrados tienen fama de corruptos. De ah¨ª que las empresas carezcan de la seguridad jur¨ªdica necesaria. "?sta es otra asignatura pendiente junto a la educaci¨®n", reconoce el alto cargo. La ense?anza est¨¢ inadaptada a las necesidades del mercado laboral, y su reforma, que deb¨ªa ponerse en marcha a finales del verano, quedar¨¢ aplazada.
Cuando ocupe plenamente el trono, Mohamed VI deber¨¢ decidir si apoya a Yusufi e imprime buen ritmo a la apertura pol¨ªtica o si preserva los equilibrios entre facciones que mantuvo su padre y que hicieron que la transici¨®n se desarrollase a paso de tortuga, con el consiguiente riesgo social que ello implica.
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