Una reafirmaci¨®n de apuesta pol¨ªtica tras la excarcelaci¨®n de la Mesa Nacional

Euskal Herritarrok sorprendi¨® ayer a las fuerzas pol¨ªticas al mostrar su rechazo, por vez primera, a todo acto violento que busque "intimidar y coartar la libertad de opci¨®n pol¨ªtica", una actitud que ha sido precisamente habitual entre sus bases y su entorno en los ¨²ltimos a?os, en los que la desestabilizaci¨®n y la "socializaci¨®n del sufrimiento" estaban en vigor como doctrina pol¨ªtica.El significativo paso dado ayer en Vitoria evidencia el cambio de actitud y de talante que, poco a poco, ha ido implant¨¢ndose en la izquierda abertzale. A la vez, reafirma la apuesta que esta formaci¨®n hizo en favor de la actuaci¨®n pol¨ªtica frente a la violencia tras firmar el Pacto de Lizarra con el resto de las fuerzas nacionalistas e Izquierda Unida hace diez meses.

S¨®lo existe un precedente del gesto protagonizado ayer en Vitoria. Fue el 17 de agosto pasado, cuando HB, en Getxo, suscribi¨® el comunicado municipal de condena del incendio de un bloque de viviendas causado por 50 encapuchados que intentaron quemar la casa de la concejal popular Cristina Ruiz Bujedo. Entonces, la coalici¨®n abertzale declar¨® junto al resto de partidos su "rechazo al uso de procedimientos violentos". Era el momento en que la tregua de ETA se impon¨ªa entre las bases y los militantes de Jarrai expresaron de ese modo su rechazo. Esta particular dial¨¦ctica interna ha perdurado estos meses y la direcci¨®n de EH ha debido combatir estos m¨¦todos dentro de su propia casa.

Su alineamiento de ayer en las Juntas Generales de ?lava con todos los partidos para defender "una paz asentada exclusivamente en el ejercicio de los derechos democr¨¢ticos" propici¨®, por fin, esa fotograf¨ªa de la unanimidad contra la violencia tan deseada como impensable hace s¨®lo un a?o. El gesto cuenta adem¨¢s con el refrendo de la Mesa Nacional de HB, que desde la pasada semana ha sido reforzada con los 23 miembros excarcelados tras la sentencia del Constitucional.

Despejar dudas

La iniciativa de ayer de EH despeja las dudas sobre la influencia que los antiguos dirigentes pudieran ejercer sobre la l¨ªnea de Lizarra emprendida por la Mesa que lidera Arnaldo Otegi. No s¨®lo no se ha frenado el giro a la moderaci¨®n y la apuesta pol¨ªtica, sino que EH se reafirma en ella con esta iniciativa, aun cuando acaba de recibir el primer rev¨¦s desde la coalici¨®n PNV-EA, que le ha impedido, por ahora, entrar en los gobiernos de las diputaciones forales de Vizcaya y Guip¨²zcoa. La izquierda abertzale no ha desistido en este empe?o de acceder al Gobierno foral y en septiembre emprender¨¢ de nuevo la negociaci¨®n con los nacionalistas para asegurar la estabilidad de estas instituciones. Los dirigentes de EH saben que, frente a los partidarios de dejarles fuera de estos ejecutivos locales, el presidente del PNV, Xabier Arzalluz, y su portavoz, Joseba Egibar, han dejado la puerta abierta a su acceso. Con este gesto m¨¢s que significativo han lanzado un nuevo reto a sus compa?eros del Pacto de Lizarra, a los que exigen un sitio en la escala de poder.