Teresa Berganza hace escuela

Este a?o, la clausura de los cursos veraniegos de la Escuela Superior Reina Sof¨ªa ha cobrado un inter¨¦s especial. Se trata de la primera vez que Teresa Berganza dicta un curso apretado, pero bien estructurado, acerca del qu¨¦ y el c¨®mo del arte de cantar, del apasionante sentir y pensar el canto desde la ra¨ªz musical que le otorga consistencia y comunicatividad trascendente.Al mero suceder del curso se sum¨® una triste contingencia: el primer titular de la c¨¢tedra de canto en la Reina Sof¨ªa, el m¨ªtico y perfecto Alfredo Kraus, sufre el apartamiento de lo que siempre fue y es su raz¨®n de vida, el canto, por razones de enfermedad. Conviene advertir, sin embargo, que el curso de Teresa Berganza estaba previamente organizado por la directora del centro, Paloma O'Shea, y Alfredo Kraus, y que el gran tenor de Las Palmas deb¨ªa estar cantando en el Real una de sus m¨¢s legendarias creaciones: Werther, de Massenet. La alegr¨ªa de Kraus por la entusiasta aceptaci¨®n de Berganza para ense?ar en el curso no es sino la continuidad de un largo y mutuo sentimiento de admiraci¨®n y de amistad. No hay valores m¨¢s altos y esclarecedores que los de autenticidad: la voluntad de perfecci¨®n y el saber lo que se quiere y c¨®mo se alcanza. Y en esto son maestros tanto Kraus como Berganza. Que la pasi¨®n m¨¢s inteligente incit¨® desde el principio la carrera de la diva Berganza es algo bien sabido; pero ella misma siente ahora la sorpresa ante el descubrimiento del que todos esperamos ser¨¢ nuevo y gran cap¨ªtulo de su biograf¨ªa: la docencia.

Despu¨¦s de escuchar a los seis alumnos seleccionados entre muchas decenas, en el concierto de clausura celebrado el martes en el Palacio de Festivales, queda clara la capacidad de Berganza para imprimir en pocas jornadas el sello de su estilo y la direcci¨®n de su pensamiento en los j¨®venes cantantes venidos de Ucrania, Suiza, Argentina, Alemania, Francia y Venezuela.

A trav¨¦s de un repertorio muy bergancesco -Mozart, Rossini y la l¨ªrica espa?ola contempor¨¢nea-, constituy¨® una verdadera fruici¨®n est¨¦tica admirar los dones de todos los j¨®venes cantantes y al mismo tiempo adivinar lo que han sido las lecciones de Berganza: transmisi¨®n viva por una cantante en activo del rigor, el an¨¢lisis, la pureza de l¨ªnea y la ejemplar serenidad.

Seis ejemplos de Falla, Granados y Crist¨®bal Halffter contrastaron con otros tantos de Mozart y Rossini para darnos cuenta del m¨¦rito de voces como las de la ucrania Kushpler, la alemana Papoulkas, la francesa Alexandre, el argentino Muruaga, la suiza Hasler o el venezolano Damas.