M¨¢s que selecciones

SI ESPA?A es una realidad plural, ?no puede reflejarlo su estructura deportiva? La aprobaci¨®n por el Parlamento catal¨¢n de una ley que contempla la creaci¨®n de selecciones deportivas catalanas, tras los casos del Pa¨ªs Vasco y Andaluc¨ªa, ha vuelto a poner sobre el tapete la cuesti¨®n de si el deporte es la continuaci¨®n de la pol¨ªtica por otros medios. Calificar la ley catalana de "muy peligrosa", como hizo ayer Rajoy, parece un tanto excesivo, aunque puede tener raz¨®n al afirmar que se puede "caer en el rid¨ªculo" si todas las comunidades aut¨®nomas siguen estos ejemplos. Habr¨ªa que evitarlo, aunque s¨®lo fuera por una cuesti¨®n de eficacia deportiva en un mundo cada vez m¨¢s competitivo. Pero es harto discutible que el mejor camino sea el que ha emprendido el Gobierno: recurrir al Tribunal Constitucional.La normativa que va a permitir la creaci¨®n de selecciones catalanas es la primera que aprueba el Parlamento de Catalu?a como fruto de una iniciativa popular, avalada por casi medio mill¨®n de firmas. El Gobierno de Pujol ha sabido utilizarla, adem¨¢s, para demostrar su enfrentamiento con el PP al mismo tiempo que le apoyaba en Madrid para pasar p¨¢gina en el esc¨¢ndalo del lino. La ley deportiva ha sido aprobada con la oposici¨®n tajante del PP y un apoyo matizado de los socialistas catalanes. El texto no garantiza la creaci¨®n de estas selecciones, pero crea el marco que las hace posibles con algunas salvedades. Contrariamente a la ley andaluza, no obliga a los eventuales seleccionados a atender tales llamamientos. Salva la conflictiva referencia a competiciones estatales o internacionales gracias a la expresi¨®n "supra-auton¨®micas", dise?ada precisamente para superar posibles obst¨¢culos de inconstitucionalidad, a la vez que evita posibles enfrentamientos deportivos entre una selecci¨®n catalana y otra espa?ola. La ley vasca, aprobada por mayor¨ªa nacionalista y recurrida tambi¨¦n por el Gobierno ante el Constitucional, va mucho m¨¢s lejos en este sentido. Entre otros aspectos, avala la independencia de las federaciones vascas respecto de sus correspondientes espa?olas.

En realidad, que haya selecciones auton¨®micas o no depender¨¢ de algo m¨¢s que de la voluntad de los parlamentos. En el ¨¢mbito internacional, depende sobre todo del reconocimiento de las federaciones. Adem¨¢s, todo el tinglado de las selecciones choca cada vez m¨¢s con la creciente privatizaci¨®n del deporte y su espect¨¢culo. As¨ª, hoy por hoy, el mejor representante deportivo de Catalu?a es el Bar?a, m¨¦s que un club.

En el fondo de todo este debate late una cuesti¨®n de confianza. Nadie piensa en un enfrentamiento entre Andaluc¨ªa y Espa?a. Y, sin embargo, hay sospechas o temores en otros casos. Pero incluso s¨ª as¨ª es, ?no es mejor encauzar los sentimientos nacionalistas a trav¨¦s del deporte que de otros ¨¢mbitos simb¨®licos?