El ¨¢rea de Valencia: consenso o fracaso
La debacle general de los ¨²ltimos resultados electorales tan s¨®lo parece haber tenido algunas peque?as compensaciones: el decoroso papel de Ana Noguera, algunas victorias locales importantes como la de Elche y, sobre todo, la recomposici¨®n -pactos mediante- de una mayor¨ªa de izquierda en la comarca de l"Horta (a pesar de derrotas ejemplares como la de Manises) que, con la ley en la mano, har¨ªa posible que el Consell Metropolit¨¤ de l"Horta tuviera en los pr¨®ximos cuatro a?os un gobierno de izquierdas. Pues bien, dicha posibilidad ya ha hecho ganarse el pan a m¨¢s de un periodista elucubrando sobre la probable disoluci¨®n del citado organismo por Ley de la Generalitat (quien te cre¨® te destruy¨® como dice la Biblia) mientras que desde el otro bando ya hay quien ha propuesto de presidenta del Consell Metropolit¨¤ de l"Horta a Ana Noguera para as¨ª contrarrestar el poder y protagonismo de Rita Barber¨¢. Ingenuos. Por circunstancias que no vienen al caso, quien escribe estas rallas, ha dedicado no pocas horas al estudio del fen¨®meno metropolitano y a la problem¨¢tica espec¨ªfica del Consell Metropolit¨¤ de l"Horta que, por cierto, naci¨® en 1987 de la mano de Ricard P¨¦rez Casado y Vicent Soler cuando un servidor era jefe de gabinete del primero y algo, aunque poco, tuvo que ver en aquel parto. Pues bien, si para algo me han servido las horas antes mencionadas y las reflexiones que he ido publicando aqu¨ª y all¨¢ es para afirmar que, en mi humilde opini¨®n, se equivocan quienes pretendan o deseen convertir el organismo en campo de lucha pol¨ªtica. Todas las ¨¢reas metropolitanas creadas en los a?os noventa y que tienen mayor credibilidad (Bologna, Marsella, la experiencia de Bilbao...) se basan justamente en lo contrario: el consenso, el convencimiento y a veces, la unanimidad como modo de actuaci¨®n. S¨®lo as¨ª es posible hacer avanzar la organizaci¨®n supramunicipal y que los ciudadanos vayan interiorizando que son ciudadanos metropolitanos. Y que conste que esto no es una cr¨ªtica dirigida ni ¨²nica ni principalmente a los partidos de izquierda a los que quiz¨¢ haya s¨®lo que tachar de ingenuos porque todos los mangos de todas las sartenes est¨¢n donde est¨¢n por decisi¨®n popular. Es, por el contrario, un llamamiento a la Generalitat para que no cometa el error de dejar a la ciudad real sin mecanismos eficientes de gesti¨®n disolviendo prepotentemente el organismo y a Rita Barber¨¢ para que abandone la postura suicida de dar la espalda a aquello que no controla y que ya ejerci¨® en el pasado a pesar de que el Consell Metropolit¨¤ de l"Horta estaba gobernado por un miembro de su partido, D. Jaime Garc¨ªa, del que me constan sus buenas formas y deseos. Personalmente, pienso que lo importante es un programa consensuado y racional de desarrollo del Consell Metropolit¨¤ de l"Horta y que lo importante no es el color de la presidencia sino la generosidad y la visi¨®n de futuro de las partes. Especialmente por parte del Partido Popular. Si hay desaparici¨®n del organismo o conflicto todos saldremos perdiendo. Y al decir todos me refiero, claro est¨¢, a los ciudadanos.
Josep Sorribes es profesor de Econom¨ªa Regional y Urbana de la Universidad de Valencia.
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