?Fin de curso o fin de ciclo en la pol¨ªtica catalana? ANT?N COSTAS
Con la llegada de las vacaciones veraniegas la tradici¨®n acad¨¦mica invita a hacer balance de fin de curso para saber lo que hemos hecho bien y lo que dejamos para septiembre. Si aplicamos esa tradici¨®n a la econom¨ªa y a la pol¨ªtica econ¨®mica catalana el balance es, cuando menos, contradictorio. Por un lado, la situaci¨®n econ¨®mica es, en t¨¦rminos generales, buena. Pero no ocurre lo mismo con la pol¨ªtica econ¨®mica del Gobierno catal¨¢n. En este terreno, m¨¢s que de fin de curso habr¨ªa que hablar de fin de ciclo. La econom¨ªa catalana va bien. El ¨²ltimo informe de coyuntura de la C¨¢mara de Comercio permite que nos vayamos de vacaciones con optimismo. La actividad econ¨®mica y el empleo mantienen un ritmo m¨¢s que aceptable. La exportaci¨®n se ha resentido un poco, pero la previsible mejora de la econom¨ªa europea y la ca¨ªda del euro har¨¢n que a la vuelta del verano veamos una cierta recuperaci¨®n exportadora. Hay, no obstante, alg¨²n dato cuya interpretaci¨®n es m¨¢s incierta. Los precios catalanes crecen por encima de la media espa?ola. Y esto ocurre no s¨®lo en el sector servicios, lo que era tradicional, sino en todos los sectores econ¨®micos ?C¨®mo interpretar este comportamiento diferencial de los precios? ?Qu¨¦ efecto tendr¨¢? La respuesta queda para el nuevo curso. En cualquier caso, la econom¨ªa catalana ha superado el curso con brillantez. No ocurre lo mismo con la gesti¨®n econ¨®mica del sector p¨²blico catal¨¢n. En este terreno se aprecia un claro agotamiento, tanto de las concepciones estrat¨¦gicas como de la pol¨ªtica econ¨®mica seguida por los gobiernos de CiU. El pensamiento del nacionalismo catal¨¢n sobre el papel de Catalu?a en el mundo ha llevado al presidente Pujol a defender la conveniencia de que Catalu?a gane independencia econ¨®mica exportando m¨¢s a los mercados internacionales y vendiendo menos en Espa?a. Eso ser¨ªa una estrategia discutible. Mal lo habr¨ªan pasado las empresas catalanas en estos dos ¨²ltimos a?os si no hubiesen contado con la fortaleza del mercado espa?ol. Adem¨¢s, la capacidad potencial de crecimiento de la econom¨ªa espa?ola seguir¨¢ siendo m¨¢s elevada que la de las econom¨ªas europeas. Por lo tanto, la estrategia de las empresas catalanas ha de orientarse a afianzar y aumentar su cuota en el que es su mercado natural, el espa?ol, y a partir de esa fortaleza lanzarse a ganar posiciones en el resto del mundo. Por otro lado, el enfoque seguido por el Gobierno de Pujol en las negociaciones con Madrid no da m¨¢s de s¨ª. El enfrentamiento y el regateo continuo como estrategia de negociaci¨®n pol¨ªtica tienen a estas alturas m¨¢s costes que beneficios. Los costes vienen de la mala imagen de los catalanes en el resto de Espa?a. Los beneficios son muy pocos, si existen. Ah¨ª est¨¢n los datos sobre ingresos por IRPF. Adem¨¢s, el agravio fiscal no da para montar una cruzada, y menos si al final resulta que el exceso de d¨¦ficit fiscal de Catalu?a con Espa?a podr¨ªa reducirse a unos 30.000 millones de pesetas, como se?ala el experto en esta cuesti¨®n, Antoni Castell, en el reciente informe anual de Banca Catalana. Pienso que el d¨¦ficit fiscal catal¨¢n es p¨®lvora mojada que no le servir¨¢ a Pujol ni a Converg¨¨ncia para movilizar a la opini¨®n p¨²blica. Pero quiz¨¢ sean las pautas de comportamiento econ¨®mico de la Administraci¨®n auton¨®mica el aspecto de la pol¨ªtica del Gobierno de Pujol que peor balance muestra y que mayores hipotecas introduce para el futuro. La Administraci¨®n catalana es la m¨¢s cara (excluida la canaria) en t¨¦rminos de pesetas de gasto corriente por habitante. Y es una de las que menos invierten. Y lo poco que ha invertido el Gobierno de Pujol parece responder a una conducta basada en hacer lo que se debe aunque se deba lo que se hace. De ah¨ª que sea la comunidad m¨¢s endeudada, una conducta que no responde al seny del pa¨ªs. Adem¨¢s, la Administraci¨®n nacionalista ha contribuido a cambiar la tradicional inclinaci¨®n emprendedora que se predicaba de las ¨¦lites catalanas por un nuevo gusto por la burocracia y la b¨²squeda de favores y concesiones administrativas. Los comisionistas y buscadores de rentas han sustituido en parte a los emprendedores. As¨ª no se gana el futuro. Si este balance no est¨¢ equivocado, la conclusi¨®n parece clara. Las concepciones estrat¨¦gicas y las pautas de comportamiento de la Administraci¨®n auton¨®mica se han transformado en lastre para el dinamismo de la econom¨ªa catalana. Y eso no se soluciona repitiendo curso. Algo nuevo habr¨¢ que inventar en la acci¨®n de gobierno de la Generalitat. Pero esto se parece m¨¢s al fin de un ciclo que a la simple repetici¨®n de curso en septiembre.
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