Soluciones a 30.000 pesetas

Los grupos de defensa de los derechos c¨ªvicos han puesto el grito en el cielo. Lo ven, sin m¨¢s rodeos, como un soborno de voluntades debilitadas que aceptan esterilizarse a cambio de un escaso pu?ado de billetes que les resuelva de momento la papeleta, sea ¨¦sta pagar la luz o comprarse una nueva dosis. Originalmente, a Barbara Harris, madre de la idea originaria, se le ocurri¨® montar de su propio bolsillo la campa?a de esterilizaci¨®n de drogadictas CRACK (Children Requiring a Caring Kommunity) como una "alternativa a la falta de leyes que castiguen a las consumidoras de estupefacientes que se quedan embarazadas", seg¨²n declar¨® a EL PA?S. "Era algo que nuestro grupo andaba pidiendo sin ¨¦xito a los pol¨ªticos", a?adi¨®. En California, el Estado donde vive, no ha logrado que aprueben una ley, pero el ruido de la campa?a lleg¨® a otros Estados, y al menos en tres -Dakota del Sur, Wisconsin y Carolina del Sur- se han aprobado las llamadas "leyes de abuso de los fetos", que imponen penas de prisi¨®n para casos tipificados como severos. Y ya se han producido algunas condenas. A pesar de la controversia, Harris tiene quien sintonice con ella. Una creciente ola de adeptos a las decisiones salom¨®nicas que recorre Norteam¨¦rica, la tierra donde cabe todo. Cabe, por ejemplo, la opini¨®n despiadada de uno de los seguidores de la doctrina de Harris, Frank Peard, que est¨¢ montando la campa?a Los conservadores m¨¢s extremistas de Estados Unidos aplauden la idea. Y la idea es pagar a las mujeres para que se esterilicen. Y el premio, 200 d¨®lares (unas 30.000 pesetas). Lo que hagan con ese dinero -comprarse m¨¢s droga, por ejemplo- es cosa de ellas, porque el plan de control de natalidad se para ah¨ª. Si quieren terapia para desengancharse tienen que buscarla en otra parte. de vallas publicitarias en el Estado de Florida. "Por lo que a mi respecta, con los 200 d¨®lares pueden comprarse una pistola y pegarse un tiro. ?se ser¨ªa el menor de los males. El mayor es que tengan hijos a los que no piensan cuidar", declaraba Peard semanas atr¨¢s a la prensa. Matem¨¢ticamente hablando, Harris sostiene que el m¨¦todo de prevenci¨®n que ella propone compensa. Habla con estad¨ªsticas en la mano: "El 90% de las madres nunca reclaman a sus hijos, que pasan a la custodia del Estado; el a?o pasado nacieron 740.000 beb¨¦s drogodependientes; s¨®lo en una ciudad, Los ?ngeles, nacen diariamente ocho ni?os adictos a la droga que requieren tratamientos especiales m¨¦dicos y educativos que pueden costar hasta 125.000 d¨®lares por a?o ". Conclusi¨®n, seg¨²n Harris: "?Para qu¨¦ gastar un mill¨®n de d¨®lares m¨¢s tarde , cuando lo podemos prevenir ahora con 200 d¨®lares?". En el centro que abri¨® primero hace un a?o en Anaheim (California) a 59 drogadictas, entre las cuales hay 10 hispanas, les ha parecido una buena soluci¨®n. Entre todas hab¨ªan tenido m¨¢s de 425 embarazos. Son mujeres como Sharon Adams, ex adicta a la piedra de coca¨ªna, crack (como las siglas de la campa?a), que se lig¨® las trompas despu¨¦s de tener 14 hijos. Cuatro murieron por complicaciones de la droga, nueve est¨¢n en familias subrogadas bajo custodia del Estado y uno vive con ella. La campa?a, ¨ªntegramente financiada con donaciones privadas, est¨¢ tomando fuerza en cuatro ciudades: Chicago (Estado de Illinois), Dallas (Tejas), Fort Pierce (Florida) y Minne¨¢polis (Minnesota). Las vallas publicitarias est¨¢n colocadas en las barriadas donde viven m¨¢s minor¨ªas ¨¦tnicas, negros e hispanos sobre todo, por lo que la campa?a ha sido tachada de racista. El eslogan dice as¨ª: "Si eres adicta a las drogas controla la natalidad y gana $200", con letras rojas sobre fondo blanco y la foto de un reci¨¦n nacido. "Simplemente es esterilizaci¨®n mediante soborno", opina Steve Trombley, director de una organizaci¨®n de planificaci¨®n familiar que dice dudar de que las drogadictas tengan pleno juicio para tomar una decisi¨®n tan importante. Puede que el dinero s¨®lo sea en algunos casos un subsidio para comprar m¨¢s droga. Y Harris, la impulsora de la campa?a, lo admite, pero subraya que no hay mucho m¨¢s que pueda hacer una organizaci¨®n sin fines de lucro como la suya. La campa?a CRACK naci¨® despu¨¦s de que Harris adoptara a cuatro ni?os drogadictos de la misma madre.