El rito veraniego
El rito de las vacaciones est¨¢ en su apogeo y diarios y televisiones difunden boletines para indicar sus etapas: diez millones de autom¨®viles en las carreteras, aeropuertos tomados al asalto, hoteleros satisfechos, hoteleros insatisfechos, etc. (...) Que yo sepa, nadie ha escrito la historia de las vacaciones, tema que constituye el nervio de los grandes relatos de la literatura europea desde el siglo XVIII hasta nuestros d¨ªas. (...) En las sociedades campesinas, (...) el veraneo era una prerrogativa exclusiva de la nobleza, que, a partir del mes de mayo, tomaba el camino de sus castillos, en los que permanec¨ªan hasta octubre. (...) Por supuesto, los campesinos no sab¨ªan ni siquiera el significado de la palabra veraneo. (...) M¨¢s tarde, la naciente burgues¨ªa se inici¨® en el rito veraniego. Los trenes sustituyeron a las carrozas, y las pensiones en el mar o en la monta?a, a los castillos. (...) Finalmente, con el autom¨®vil para todos y el emerger de la sociedad posindustrial, tambi¨¦n el veraneo clasista cede el puesto al veraneo para todos, aunque todav¨ªa con fracturas en su homogeneizaci¨®n. (...) Sin embargo, una de las fracturas emergentes es la existente entre j¨®venes y ancianos. (...) Por supuesto, los abuelos tambi¨¦n tienen derecho al veraneo, (...) siempre que estos abuelos pasen sus vacaciones con sus coet¨¢neos y no pretendan compartir caravana o pensi¨®n con hijos y nietos. De aqu¨ª el proliferar de autobuses de ancianos arriba y abajo por santuarios. (...) S¨ª, ser¨ªa necesario escribir la historia de las vacaciones, de Madame de S¨¦vign¨¦ al Club M¨¦diterran¨¦e.
, 8 de agosto
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