ABECEDARIO ANDALUZ Guasa
A. R. ALMOD?VAR Otro t¨¦rmino esquivo y de origen incierto en el registro coloquial del andaluz. Corominas lo cree antillano (en Cuba significa "jolgorio, alegr¨ªa ruidosa"), sin descartar un primer impulso romance. Algo as¨ª como un cante de ida y vuelta. Esto explica su arraigo en C¨¢diz, donde parece consustancial con un modo de pensar y de sentir el mundo. "El gaditano es guas¨®n por naturaleza", afirma Pedro M. Pay¨¢n en El habla de C¨¢diz. Pero lo malo es llegar a definir qu¨¦ sea eso de la guasa. "Cierta gracia seria, en reposo, disfrazada con cierto toque de cinismo, un mucho de iron¨ªa, una gran carga intelectual", ensaya este autor. Concepto comod¨ªn, en todo caso, resbaladizo y hasta cierto punto peligroso. Como que unas veces elogia y otras previene. ?No tiene guasa el ni?o! es m¨¢s bien eso, precautorio. En cambio, Este ni?o es un guas¨®n, parece pronosticar buenas cualidades, acaso un alev¨ªn de chirigotero. Depende del matiz morfol¨®gico, la construcci¨®n de la frase, el contexto, el gui?o. Un vinatero de Chiclana comentaba en Canal Sur TV el pasado 21 de julio: "Y no te vayas a relajar, que los premios tienen mucha guasa". Tal vez alud¨ªa a intereses creados en la convocatoria, sin querer denunciar nada abiertamente. La guasa era tambi¨¦n mala suerte, por lo menos hasta 1929, en que Fernando Villal¨®n escribe a Bacarisse: "A ver si canso a la guasa que corre tras de m¨ª". Tambi¨¦n recoge un aspecto negativo Alcal¨¢ Venceslada en su imprescindible, y discutible, Vocabulario andaluz: "Guas¨®n empedernido; ir¨®nicamente mal ¨¢ngel, papanatas". El componente burl¨®n es, con mucho, lo m¨¢s firme en este campo minado por la ambig¨¹edad. Un informante de las Encuestas del habla urbana de Sevilla, 4 (1987), dirigidas por Vidal Lam¨ªquiz, se expresa de esta guisa: "... esta gracia es distinta, es que hay dos clases de gracia: hay gracia con guasa y gracia que tiene gracia..." ?Lo han entendido? Yo tampoco. Hace ya bastantes a?os, viaj¨¢bamos mi hermana y yo hacia C¨¢diz. A eso del mediod¨ªa se nos ocurri¨® parar en El Puerto y preguntarle a un guardia municipal d¨®nde habr¨ªa una freidur¨ªa de pesca¨ªto frito. Ya el hecho de preguntarle en femenino, en vez de en masculino, freidor, que es como se dice en la zona, alert¨® al agente de la autoridad, quien con un poquito de retranca, y tras asegurarse por la matr¨ªcula de d¨®nde ven¨ªamos, inform¨®: "No, miren ustedes, a estas horas..., puede que quede argo d"anoche..." "No, que estar¨¢ fr¨ªo", arg¨¹imos. "Lo ziento". Y cuando ya nos alej¨¢bamos en el coche, sali¨® el hombre tras de nosotros, como quien recuerda algo de repente: "Como no zea ah¨ª un poco m¨¢s arriba, que er z¨® estar¨¢ dando en el escaparate a lo que zobr¨® d"ay¨¦..." Eso es la guasa.
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