EL M?DICO EN CASA Las abejas y avispas, las m¨¢s golosas

Cuando alguien acude a un servicio de urgencias porque ha sufrido la agresi¨®n de un animal en el campo, lo primero que el m¨¦dico necesita saber es de qu¨¦ animal se trata; eso le facilitar¨¢ el diagn¨®stico y le ayudar¨¢ a prescribir un tratamiento correcto. Este dato es m¨¢s importante cuando las medidas a aplicar conllevan el uso de suero ant¨ªdoto. No todos los animalitos que viven en el campo son enemigos de las personas. La mayor¨ªa de las ara?as, las salamanquesas o los murci¨¦lagos, por ejemplo, son inofensivos. La mejor regla para disfrutar de la naturaleza es conocerla: saber el riesgo real que se corre ante ciertas situaciones en las que pueden producirse picaduras, mordeduras o urticarias, es lo ideal. Sin embargo, ser precavido nunca est¨¢ de m¨¢s; se evitar¨¢n as¨ª problemas o, en ¨²ltima instancia, se minimizar¨¢n los que puedan plantearse. La comida despierta el apetito de los insectos. Por tanto, hay que evitar en lo posible exponerla a su olfato. Si no se hace as¨ª, acudir¨¢n como moscas. Las abejas y las avispas son especialmente golosas. Cuando se est¨¢ rodeado de ellas lo mejor es no hacerles caso. Empezar una guerra contra ellas no tiene sentido; al final lo ¨²nico que se consigue es irritarlas y siempre saldr¨¢n perdiendo las personas. Pero si finalmente pican a alguien, hay que limpiar la zona afectada y extraer el aguij¨®n. Resultan muy eficaces para rebajar la hinchaz¨®n las compresas de agua con vinagre, o de amoniaco, as¨ª como las bolsas de hielo. Una pomada analg¨¦sica calmar¨¢ el dolor, y alg¨²n antihistam¨ªnico servir¨¢, una vez pasado el susto, para contener la inflamaci¨®n. Pero si no se tiene a mano ninguno de estos remedios, lo mejor es preguntarle a los habitantes de la zona; ellos le dir¨¢n que se aplique un poco de barro. Ya ver¨¢n que alivio.