Esta vez iba en serio

Hay que ver lo que va de un s¨¢bado a un martes. En la primera corrida de las fiestas escurialenses, toros de risa para toreritos en la cumbre. En la corrida de ayer, toros serios para toreros de media tabla. En el festejo del s¨¢bado, orejas a porr¨®n. En la del martes, una orejita y pare usted la jaca, amigo.Luego result¨® que esta corrida, que iba ya en serio, result¨® m¨¢s interesante y entretenida que las de las seis orejas y el rabo. Porque cuando los toros salen problem¨¢ticos, los toreros han de empe?arse de mil maneras para sacar alg¨²n partido. Y el que es aficionado, de verdad, a esta fiesta de los intr¨ªngulis, disfruta m¨¢s que ese p¨²blico que va a pedir "la otra, la otra".

Los toros de Fernando Pe?a exhibieron un trap¨ªo muy digno, si se tiene en cuenta que el coso de El Escorial es de tercera categor¨ªa, y no es l¨ªcito pedir que salgan catedrales. Todos bien enmorrillados y con seriedad. El juego que dieron ya fue distinta copla. El que Hermoso de Mendoza rejone¨® en cuarto lugar fue tardo, distra¨ªdo, con tendencia a cortar terreno. Le cost¨® mucho al caballero meterlo en el caballo. Los de Pep¨ªn Liria fueron violento y brusco el segundo y muy flojo y parado el quinto. Y Uceda Leal tuvo un morlaco que se fren¨® en capote y muleta y que fue siempre a rega?adientes; y un toro listo que se revolv¨ªa y termin¨® no queriendo tomar la muleta.

Pep¨ªn Liria trat¨® de dominar a su primero y s¨®lo lo consigui¨® a ratos. Cuando, a base de bajarle la mano y porfiar se hac¨ªa con ¨¦l, luego lo dejaba refrescar y ten¨ªa que ir a buscarlo a otros terrenos. Por eso le cost¨® matarlo. Con su segundo, que no ten¨ªa fuerza, aprovech¨® su media arrancada para sacar alg¨²n muletazo templado, sobre todo por el pit¨®n izquierdo.

Uceda Leal s¨®lo brill¨® en el saludo a la ver¨®nica al sexto del encierro. En sus dos toros estuvo queriendo e insistiendo para obtener muy pocos resultados.

El rejoneador, que mat¨® en primer lugar un toro del Jaral, tuvo que torear mucho a caballo y acert¨® al clavar rejones y farpas. Con los rejones de muerte, flojito. Con el que corri¨® en cuarto lugar estuvo caracoleando, sin decidirse a entrarle, hasta que una voz del tendido le grit¨® que diera menos carreras y toreara m¨¢s. Se encorajin¨® el jinete y, a partir de entonces, arriesg¨® en pasadas muy ce?idas y estuvo m¨¢s lidiador. En esta l¨ªnea, puso un excelente par a dos manos, por los terrenos de dentro, superando todas las dificultades de la res. En este toro Hermoso tuvo que meterse encima de los pitones, a¨²n a riesgo de que el animal le tocara los flancos de la jaca. Hubiera obtenido un triunfo de no haber matado de un pinchazo, un rej¨®n trasero y atravesado y, pie a tierra, dos descabellos barrenando.