La oposici¨®n venezolana denuncia a la Constituyente ante el Tribunal Supremo
ENVIADO ESPECIALFuera de combate dos semanas por la contundente derrota en las elecciones a la Asamblea Constituyente, los partidos de la oposici¨®n guardaban hasta ahora estricto mutismo sobre el l¨ªo nacional. Pero ayer salieron de la conmoci¨®n para descubrir que "la soberan¨ªsima", dominada por el presidente Hugo Ch¨¢vez, se ha embarcado en un "proceso equivalente a un golpe de Estado" al asumir los poderes del pa¨ªs. Los democristianos de Copei denunciar¨¢n a la convenci¨®n ante el Tribunal Supremo, cuyas expectativas de vida tampoco se f¨ªan largas, y pocos creen que los magistrados arriesguen su supervivencia enfrent¨¢ndose a Ch¨¢vez.
Con menos capacidad de combate, o m¨¢s entreguista, el otro gran partido de la oposici¨®n, Acci¨®n Democr¨¢tica (AD) considera "in¨²til" el intento, pues en su opini¨®n el Estado de derecho ya falleci¨® en Venezuela, y no hay tribunales que puedan prevenir el atropello en ciernes. La directiva de AD, ocupada estos quince d¨ªas en esquivar a sus militantes m¨¢s asilvestrados, que intentaron lincharlos varias veces por su negativa a dimitir tras el desastre de las pasadas elecciones, prefiere no abrir m¨¢s frentes, temerosa de que un enfrentamiento abierto con Ch¨¢vez desate el golpe definitivo contra lo poco que resta del antiguo sistema pol¨ªtico. "No podemos echarle m¨¢s le?a al fuego", declar¨® Henry Ramos, secretario general del partido, "porque cualquier cosa puede ser interpretada como una chispa y podr¨ªa hacer estallar el polvor¨ªn".
La decisi¨®n de los democristianos de llevar a la Asamblea Nacional, autodeclarada todopoderosa, ante el Tribunal Supremo es, efectivamente, una chispa peligrosa. De fallar coherentemente con una sentencia suya de marzo pasado, que limit¨® las atribuciones de la "soberan¨ªsima" a redactar una nueva Constituci¨®n y no le permite asumir el poder en todas las instituciones del Estado, el m¨¢ximo tribunal deber¨ªa declarar nulo el acuerdo de los constituyentes, lo que amenaza con desatar un conflicto de consecuencias imprevisibles.
Limitaci¨®n de autonom¨ªa
El primero que arriesga el cuello es el propio Tribunal Supremo. Desmantelado y "en v¨ªas de extinci¨®n" el Congreso, en expresi¨®n de un asamble¨ªsta, la convenci¨®n estudiaba esta semana c¨®mo limitar la autonom¨ªa del Supremo, pero se inclinaba a perdonarle la vida, en l¨ªnea con los deseos de Ch¨¢vez de no disolverla a la brava si los magistrados comprend¨ªan que la situaci¨®n pol¨ªtica ha dado un vuelco y no se pon¨ªan "c¨®micos", es decir, respondones. As¨ª parec¨ªan haberlo entendido los jueces, que callaron estos d¨ªas y no actuaron de oficio contra la primera decisi¨®n de "la soberan¨ªsima", copada por los seguidores de Ch¨¢vez, de asumir el poder m¨¢ximo, violando la sentencia del Supremo de marzo, seg¨²n los observadores independientes. La denuncia del Copei rompe esta especie de pacto impl¨ªcito de no agresi¨®n entre la Asamblea y el Supremo.De fallar los magistrados en contra de la petici¨®n de la oposici¨®n (y tambi¨¦n en contra de su propia sentencia de marzo), el Supremo dar¨¢ la imagen de que se ha plegado a las presiones chavistas.
De respaldar la queja y anular la decisi¨®n de la Asamblea, el Tribunal se arriesga a una disoluci¨®n sumaria al ser considerados los magistrados contrarrevolucionarios por la mayor¨ªa chavista en la convenci¨®n, que les juzga tambi¨¦n perpetuadores de la corrupci¨®n que arruin¨® al pa¨ªs durante los 40 a?os de bipartidismo caciquista y corrupto. Todo ello si la Corte sobrevive lo suficiente como para recibir la denuncia, pues los asamble¨ªstas m¨¢s apresurados presionan para que la convenci¨®n liquide la autonom¨ªa de los magistrados, y s¨®lo cuestiones de agenda han retrasado la decisi¨®n, que se esperaba para el lunes. La Asamblea se re¨²ne de nuevo hoy, y podr¨ªa decidir qu¨¦ hacer con el Tribunal despu¨¦s de tomar juramento a Ch¨¢vez como presidente, tras ratificarle en el cargo en la ¨²ltima sesi¨®n.
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